El Ayuntamiento de Ferrol compra el recinto ferial por un millón de euros
El gobierno local irrumpe en la puja judicial en el último minuto para evitar que FIMO caiga en manos privadas
En el último minuto, el Ayuntamiento de Ferrol ha comprado el recinto ferial FIMO para evitar que la feria más antigua de Galicia cayera en manos privadas en la puja judicial celebrada ayer en el juzgado de Primera Instancia número 3. Los ferrolanos pagarán casi un millón de euros por un recinto de 47.000 metros cuadrados a pie de ría, en la ensenada de A Malata, ahogado en deudas y con cuatro empleados —y 12 despidos— que no cobran desde la primavera de 2013.
El acuerdo con Abanca, que llevó a FIMO a los tribunales por el impago de un crédito de 442.747 euros firmado en abril del 2009, se cerró en 966.000 euros. La mayor parte del dinero —600.000 euros— procede de las arcas municipales. En concreto, de una reserva de crédito aprobada a finales de noviembre y que ya estaba destinada “a salvar FIMO”, en palabras del alcalde, José Manuel Rey. Los otros 366.000 euros los aporta la Diputación de A Coruña, cuyo presidente, Diego Calvo, es concejal en la ciudad.
Rey se encargó de anunciar que la feria, con cinco pabellones y un auditorio, seguirá siendo pública “al 100%”. “Ahora buscaremos una fórmula de gestión adecuada para acabar con años de problemas e incertezas”, manifestó, y que “priorice” el pago de las nóminas a un personal que cobró la última hace 17 meses.
La compra de la feria se aprobó ayer en un pleno extraordinario y urgente con los votos de la mayoría popular, y el respaldo del PSOE, en una sesión que se ventiló en 20 minutos. “La deuda con Abanca está a cero”, dijo el concejal de Economía. La oposición les reprochó la deriva errática de FIMO hasta este apurado final
El Consorcio Pro Ferias y Exposiciones de Ferrol se registró ante notario el 16 de noviembre de 1964 con un capital inicial de dos millones y medio de las antiguas pesetas (15.025 euros). El 45% de la propiedad corresponde al Ayuntamiento y la mayoría, el 55%, lo tiene la Cámara de Comercio, en manos de una gestora autonómica que la dirige hacia su extinción dejando atrás un gran pozo de deudas e impagos.
Mientras se definen sus usos, el recinto ferial de Punta Arnela, en un recodo de la ría ferrolana, seguirá como un gran contenedor sin contenido ni gerencia que apenas albergó un par de feria -salón nupcial, concurso hípico y compraventa de coches usados- en lo que va de año.
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