Sonora protesta de las limpiadoras que exigen sus sueldos a Defensa
El Ministerio se limita a expresar su confianza en que la empresa pagará a las empleadas
44 días en huelga y tres meses sin cobrar camino del cuarto con las facturas e hipotecas pendientes acumulando intereses de demora. Con este bagaje a sus espaldas, las 70 trabajadoras de Cleanet en Galicia, que reparten sus puestos entre Ferrol, Marín y Pontevedra, se echaron esta noche a la calle para exigir a la firma subcontratada por Defensa para limpiar sus instalaciones que les paguen los salarios que el ministerio ya le abonó a la firma catalana.
“El Ministerio de Defensa está preocupado por la situación que se ha creado y confía en que la empresa reinicie el pago a la máxima brevedad”, se limitó a responder hoy a este diario la oficina de comunicación del gabinete de Pedro Morenés después de tres meses de conflicto laboral por el impago de las nóminas. El Gobierno no concretan si adoptará alguna medida concreta para garantizar los pagos a la plantilla por un trabajo ya hecho y que el Estado ya le abonó a la contrata. Apuntan, no obstante, que si la firma persiste en el “incumplimiento”, no descartan “ninguna medida”, incluida la resolución del contrato”.
Cleanet, con sede en Barcelona, se hizo con el contrato por paquetes para la limpieza de distintos recintos militares en España a través de una subasta electrónica en mayo del 2013 “tirando los precios”, denuncia la CIG, que enumera los tropiezos de la misma empresa en Granada o Cartagena. Fue una concesión de 12 millones de euros y 2 años que expiraría, en principio, en marzo del 2015.
Las limpiadoras de Cleanet no estuvieron solas en su caminata por la calle Real de Ferrol bajo una lluvia intermitente. La movilización, que salió a las 20 desde la plaza de España, congregó entre 300 y 500 personas en una sonora protesta tras la pancarta 'Cleanet paga. Defensa cómplice'. Las arroparon los tres sindicatos mayoritarios (CIG, UGT y CCOO) y representantes políticos de Anova, con Martiño Noriega a la cabeza, IU y BNG. La protesta desembocó media hora después en el Cantón de Molíns, frente a la puerta del Dique del Arsenal ferrolano donde las 53 trabajadoras ferrolanas y un empleado, en huelga indefinida desde el 27 de octubre, han instalado el campamento base de la acampada reivindicativa que iniciaron el pasado jueves 4 y que planean mantener “hasta que les ingresen el último euro a todos”, explica una portavoz del Comité de huelga.
La inmensa mayoría del personal de la subcontrata de Defensa para limpiar sus instalaciones en Galicia son mujeres de mediana edad que dependen económicamente de lo que cobran por un trabajo de unas pocas horas en la residencia militares de Ferrol, en el Arsenal militar, las dependencias de la Brilat en Pontevedra o las escuelas navales de la Armada en A Graña y Caranza (Ferrol) o Marín. Los salarios oscilan entre 200 y unos 1.000 euros, estima Begoña Ramos, portavoz del Comité de huelga. “Lo que sabemos es que el sueldo a nosotras no nos llega”, lamenta. Cobraron su última nómina en agosto. A sus compañeras de Marín, una veintena de mujeres, todavía les entró el sueldo de septiembre, un pago que la CIG Servicios liga a la celebración del 25 aniversario de la promoción de la Escuela Naval de la que formó parte Felipe VI y que acudió a los festejos con sus antiguos camaradas a finales de ese mes.
A finales de octubre, la diputada del BNG, Rosana Pérez, interpeló al Defensa sobre el atraso en los pagos al personal de Cleanet. La respuesta del Gobierno, fechada el pasado 4 de diciembre, confirma que, si bien, el Estado ya pagó a la empresa, es la subcontrata la que no paga a su personal por un trabajo ya hecho y que la firma cobró a tiempo.
Defensa expone que los pagos a Cleanet “se han tramitado regularmente por los servicios recibidos” de acuerdo a los plazos que fijaba al pliego de condiciones, además de dar las “instrucciones precisas a nivel interno para agilizarlos”. “Se está instando al contratista a que adopte las medidas precisas para solucionar el conflicto y evite mayores perjuicios a los trabajadores”, responde al Bloque el Gobierno. Añaden que, salvo los retrasos en las nóminas, “no han recibido otras quejas” de la empresa catalana, aunque mantienen la puerta abierta a la posibilidad de “penalizarla”.
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