Estafado un empresario chino que pagó por cobre y recibió arena

Los Mossos d’Esquadra han detenido a siete acusados de estafar a un empresario chino al que vendieron por 4,5 millones de dólares 76 contenedores en cuyo interior debía haber cobre y en lugar de metal lo cargaron de arena.

Marco Polo consiguió en la edad media abrir una ruta, la de la seda, que le llevó a la China. Allí consiguió acuerdos y trueques con nativos que él mismo describió como muy beneficiosos. De esa época proviene la expresión “engañar como a un chino”, locución que no se adapta al siglo XXI pero que continúa utilizándose.

Algo así debieron pensar los arrestados, seis de nacionalidad española y uno de nacionalidad argentina y con edades comprendidas entre 28 y 56 años. La investigación se origina cuando un empresario chino denunció a los Mossos que su empresa había comprado 76 contenedores cargados de cobre y latón a una empresa de Barcelona. El envío de esta mercancía salió del puerto de Barcelona con destino a Hong Kong. Al llegar allí, comprobaron que dentro de los contenedores no había metal, sino arena, grava y residuos procedentes de fundiciones sin ningún valor económico.

El empresario chino había comenzado su actividad comercial con una sociedad catalana en 2008. Hasta el momento en que se produjo la estafa, el oriental adquiría anualmente contenedores de chatarra por valor de ocho millones de dólares. Los acuerdos eran simples, siempre contactaba con el mismo empresario catalán que realizaba fotos del cargamento, precintaba los contenedores en el puerto de Barcelona y enviaba por correo electrónico las imágenes de la mercancía al empresario chino. Cuando el oriental recibía las imágenes y tenía la constatación de que los contenedores viajaban para China realizaba el pago.

Durante la primera fase de la investigación, el pasado mes de marzo, los Mossos registraron dos empresas, inspeccionaron 50 contenedores devueltos de China y detuvieron a tres trabajadores responsables de haber cargado los contenedores.

Los agentes sospecharon que la banda de estafadores estaba muy organizada y comenzaron a tirar del hilo. Tras meses de investigaciones los Mossos determinaron que entre los autores de los hechos se encontraban cinco empresarios de diversas sociedades relacionadas con la compra y venta de metal. El cabecilla, un barcelonés de 33 años, había mantenido relaciones comerciales con la empresa del chino víctima de la estafa. Los agentes montaron entonces un dispositivo y detuvieron a cuatro de los sospechosos. El empresario barcelonés no ha podido ser detenido y sigue en busca y captura.

La operación policial todavía permanece abierta y no se descartan nuevos arrestos. Los detenidos quedaron en libertad con cargos tras declarar ante el juez.