_
_
_
_
_

Un infierno de calle

Varias instituciones culturales exigen un cambio en el tráfico de Amaniel

En la calle Amaniel (barrio de Universidad) solo se escucha el sonido de la lluvia y de los cláxones. No es hora punta, pero los coches colapsan esta vía de un solo carril que conecta Alberto Aguilera y la calle Reyes. Un cambio de sentido en esta última en 2011 (en principio, temporal) ha convertido Amaniel en un embudo que absorbe gran parte del tráfico que cruza desde el sur de la ciudad hacia los bulevares. Las dos asociaciones de vecinos de la zona y tres instituciones culturales y educativas de la calle se han unido para denunciar esta situación que llevan sufriendo tres años.

Orencio Vázquez vive en la confluencia de Amaniel y Conde Duque. A primera hora, el tráfico es tan denso en este punto que se requieren agentes de movilidad para regularlo. Asegura que antes de 2011 la vía no sufría este colapso. Hasta entonces, el tráfico en la vecina calle Reyes iba desde San Bernardo a plaza de España. Unas obras en una cercana residencia de ancianos (en Dos Amigos) provocaron un cambio de sentido en uno de sus tramos, permitiendo el paso desde plaza de España hasta Amaniel.

Esta modificación era en teoría temporal, pero desde entonces Amaniel (por donde pasaron 7.759 vehículos de media al día en 2012) se ha convertido en una ruta natural entre plaza de España y Alberto Aguilera, pese a ser mucho más estrecha que estas grandes vías.

“La calle no tiene la configuración necesaria para soportar este tráfico”, asegura Vázquez. La Asociación de Vecinos de Malasaña, de la que forma parte, se ha unido a la Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad, la escuela infantil Comendadoras de Santiago, el Museo Abc y el Conservatorio Profesional de Música para enviar al Ayuntamiento una carta conjunta pidiendo regresar a la configuración anterior a 2011.

Vázquez denuncia que el denso tráfico de Amaniel “supone una fractura en el barrio” y da al traste con el “eje cultural” que quiere crearse en la zona.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En Amaniel, bajo la lluvia, los peatones tratan de esquivarse unos a otros sobre las estrechas aceras, de no más de medio metro de anchura en algunos tramos. La larga fila de coches detenidos no facilita el tránsito. Una vecina sortea los numerosos obstáculos con un carro de la compra a cuestas. “Bueno, ya estamos acostumbrados”, comenta resignada. “Por aquí pasan los alumnos del conservatorio y los de la escuela infantil”, cuenta Vázquez, que muestra un vídeo en el que se observa a un grupo de niños tratando de abrirse paso entre el tráfico y los pitidos constantes de la hora punta. “Ya se han producido incidentes con peatones, aunque no graves”, advierte.

El Ayuntamiento, aseguran los afectados, no ha respondido a la misiva enviada hace dos meses. El concejal del distrito ha rechazado reunirse con ellos, dicen, y se limitó a remitir el asunto a Movilidad en el pleno del pasado miércoles. Esta Concejalía asegura estar “estudiando el caso” y recuerda que “el año que viene” la zona pasará a ser un Área de Prioridad Residencial con restricciones al tráfico, como Cortes y Embajadores. “Nos han dicho que esto iba a quedar arreglado con la APR, pero, sinceramente, no creo que cumplan los plazos. Además, nada nos asegura que esta calle vaya a estar protegida”, protesta Vázquez. El ruido del tráfico sigue resonando bajo su ventana.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_