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El sindicato de bomberos denuncia negligencias en el incendio de Arahal

El parque del municipio estaba cerrado cuando se produjo el fuego El suceso se cobró la vida de un matrimonio de 70 años y dos de sus nietos

Virginia López Enano
Un agente precinta la vivienda donde se produjo el incendio el jueves.
Un agente precinta la vivienda donde se produjo el incendio el jueves.Raúl Caro (Efe)

El pasado jueves la provincia de Sevilla se despertaba con la devastadora noticia de dos incendios que se cobraron cinco víctimas mortales. El primero de ellos en Alcalá de Guadaíra, donde falleció un hombre de 86 años y resultaron heridos un matrimonio y cuatro niños que se encontraban en la vivienda. El segundo en Arahal, en el que murieron las cuatro personas que dormían en el inmueble. "La diferencia es muy obvia", resalta Juan Carlos Bernabé, secretario general del Sindicato Andaluz de Bomberos (SAB). El parque de bomberos de Alcalá de Guadaira está formado por profesionales y el de Arahal íntegramente por voluntarios.

El SAB ha denunciado este lunes varios errores que pudieron contribuir a aumentar la gravedad del suceso en el que fallecieron dos ancianos de 70 y 72 años y sus dos nietos, de 11 y 18 años. El incendio se produjo sobre las 7.15 de la mañana, tres cuartos de hora antes de que abriera el parque de bomberos del municipio. "Estos espacios no pueden cerrar de noche porque aumenta el tiempo de respuesta y un minuto es la diferencia entre salvar la vida a una persona o no", explica Juan Manuel Martín, secretario general del Sindicato Profesional de Bomberos en Sevilla (SPB).

Además, en Arahal hay ocho bomberos, todos ellos voluntarios. La Ley de Emergencia de Andalucía sí reconoce este estatus y los define como "aquellas personas que, previa superación del correspondiente curso impartido u homologado por la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía, prestan su colaboración de forma voluntaria y altruista". Algo que no ocurre ya que estos cobran por su servicio, según asegura Martín. "Son empleados del Ayuntamiento y les dan sobresueldos para que sean voluntarios. Muchos son jardineros, electricistas, albañiles...", enumera el secretario.

Pero, además, estos deben colaborar "bajo la dirección y supervisión de personal profesional", continúa la ley. "No es así", rebate Martín, "están suplantando la labor de bomberos profesionales cuando deberían realizar labores auxiliares". En La Campiña, la comarca a la que pertenece el municipio de Arahal, solo hay un parque formado completamente por bomberos profesionales: el de Écija. El resto, salvo el de Fuentes de Andalucía que cuenta con 11 voluntarios y dos profesionales, están formados por bomberos que no han aprobado ninguna oposición y que para formar parte del cuerpo han recibido un curso de 140 horas.

La extinción del incendio fue grabada por los medios de comunicación y los vídeos muestran cómo uno de los bomberos intenta apagar las llamas con una manguera a través de una ventana. "Yo a través de una ventana no echo agua, no estoy apagando un contenedor", comenta Bernabé, que no se atreve a asegurar que se trate de una negligencia porque no puede asegurar que las imágenes fueran de antes de desalojar la vivienda, pero sí admite que le chocaron mucho. Martín da la explicación técnica. "Cuando hay gente dentro no se echa agua, porque a tanta temperatura se convierte en vapor y este quema mucho más que el aire. Nosotros con el traje vamos bien equipados y podemos soportarlo, pero si hay alguien dentro es peligroso", asevera.

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Desde la Diputación Provincial de Sevilla aseguran que ni el hecho de que el parque estuviera cerrado ni que todos los bomberos que acudieron a sofocar el incendio fueran voluntarios afectó a la eficacia de la actuación. Los efectivos tardaron 12 minutos en llegar a la vivienda afectada por el fuego, un tiempo en el que se incluyen los cinco minutos que los bomberos de guardia habrían tardado en desplazarse desde sus domicilios al parque, según Agustín Cosano, director general del Área de Servicios Públicos de la Diputación. "La capacidad de respuesta es alta y el despliegue es importante", asegura Cosano, que añade que la mayoría de los voluntarios tienen una experiencia de entre 15 y 20 años y reciben los mismos cursos que los profesionales.

Actualmente en Sevilla el 50% de los bomberos han aprobado una oposición y el otro 50% son colaboradores, pero la Diputación quiere conseguir que el porcentaje de profesionales alcance el 75% en 2015. "Hay que mejorar el funcionamiento pero sin obviar a los bomberos voluntarios", sentencia Cosano.

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Sobre la firma

Virginia López Enano
Trabaja en el equipo de Redes de EL PAÍS. Ha pasado por varias secciones del periódico, como la delegación de Sevilla, Nacional o El País Semanal, donde ha escrito temas de música y cultura. Es Licenciada en Historia y Graduada en Periodismo por la Universidad de Navarra y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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