Messi ‘ficha’ a un exjuez argentino por el fraude fiscal
El delantero cambia de abogado a la espera de saber si va a juicio
Cuando está a un solo paso de sentarse en el banquillo de los acusados por fraude fiscal, Leo Messi ha cambiado de abogados. El delantero del Barça ha decidido confiar su defensa a un compatriota: el exmagistrado del Tribunal Supremo Enrique Bacigalupo, que en 2011 dejó el alto tribunal para incorporarse a un bufete internacional. Bacigalupo formará equipo con su hija Silvina y con el penalista Javier Sánchez-Vera, del despacho Oliva-Alaya, ubicado en Madrid. Los tres coordinarán la defensa del astro del Barça y de su padre, Jorge Horacio, imputados por defraudar 4,1 millones a Hacienda por los derechos de imagen del jugador.
El exmagistrado Bacigalupo y sus colegas sustituirán a Cristóbal Martell, el penalista afincado en Barcelona que defiende a célebres imputados e investigados por corrupción, como el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, el extesorero del PP Álvaro Lapuerta o el expresidente del Barça Josep Lluís Núñez. La familia Messi ha tomado la decisión por algunas discrepancias con Martell y, en especial, porque Bacigalupo es una persona “de confianza del entorno familiar” que “goza de prestigio en su país”, explicaron a EL PAÍS fuentes judiciales.
La situación procesal de Messi ha vivido altibajos desde que, en junio de 2013, la Fiscalía se querelló contra él por tres presuntos delitos de fraude fiscal entre 2007 y 2009. Esos tres años, Messi ingresó 10,1 millones de euros por la explotación comercial de sus derechos de imagen, pero no pagó la cantidad correspondiente en concepto de IRPF. El jugador argentino logró eludir el pago de impuestos simulando la cesión de sus derechos de imagen a empresas ubicadas en paraísos fiscales.
La familia ha elegido para su defensa al exmagistrado por su "prestigio" en Argentina
Martell diseñó una estrategia de defensa que tenía como objetivo alejar al jugador de los focos y evitarle el trance de ir a juicio. Por un lado, reparó el daño causado pagando a Hacienda cinco millones. Por el otro, trató de convencer de que el delantero se limitaba a jugar y no estaba al corriente de los negocios: “La plata la maneja mi papá y yo confío en él”, declaró Messi ante el juez. Tras arduas negociaciones, la explicación convenció a la Fiscalía, que pidió archivar la causa contra Messi y seguirla contra el padre. No ocurrió lo mismo con la Abogacía del Estado, que representa a Hacienda y vio indicios de responsabilidad penal.
En julio, la juez de Gavà que lleva el caso dio por cerrada la investigación y vio indicios suficientes para seguir adelante. Entendió que, aunque el cerebro de la operación fue el padre, Messi pudo “haber conocido y consentido” el fraude. El primer recurso de Martell, ante ese mismo juzgado, fue rechazado a principios de mes. De modo que a Messi ya solo le queda un segundo y último recurso, que aún debe resolverse, antes de saber si va a juicio por el presunto fraude fiscal.
Los tres nuevos abogados de la familia Messi son catedráticos y están especializados en derecho penal económico. Bacigalupo, nacido en Buenos Aires pero con la doble nacionalidad, fue magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo entre 1987 y 2011, cuando dio el paso al sector privado. En el verano de 2013, fichó por el despacho internacional Olswang y es doctor honoris causa por distintas universidades.
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