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Los chicos del batallón australiano

El Archivo General de Andalucía recupera el mensaje en una botella que lanzaron dos soldados de la Primera Guerra Mundial

Dos fotografías del soldado Charles Frederick Reid.
Dos fotografías del soldado Charles Frederick Reid.

La guerra había terminado. Y mientras pasaban frente a la costa de Cádiz los soldados Charles Frederick Reid y Michael Leo Connors, a bordo del Karagola, barco de la armada real australiana, decidieron lanzar una botella con un mensaje. “Con los mejores deseos y los saludos de los chicos del 40 batallón de las fuerzas imperiales australianas”. Querían que ese escrito llegara a sus familias en Tasmania. Y casi 100 años después lo han conseguido. El Archivo General de Andalucía, con sede en Sevilla, exhibe estos días este documento dentro de una exposición dedicada a la Primera Guerra Mundial. La difusión del mensaje ha conseguido que historiadores australianos hayan puesto rostro a los chicos del batallón.

El Karagola participó en la guerra como parte del apoyo a la triple acuerdo formada por Francia, Rusia y Reino Unido. Transportaba de regreso a las tropas australianas. Había salido de Inglaterra el 30 de abril de 1919 rumbo a Tasmania, el lugar de residencia de los soldados Reid y Connors. Según consta en el mensaje, el 4 de mayo, frente a las costas de Cádiz, ambos militares decidieron firmar ese documento y lanzarlo al mar. La botella terminó llegando al arqueólogo franco-británico Jorge Bonsor que, por entonces, trabajaba en el yacimiento romano de Baelo Claudia, en Tarifa. Bonsor, exhaustivo profesional, guardó perfectamente etiquetado ese documento que ahora el Archivo General de Andalucía, centinela del legado del arqueólogo, ha podido recuperar para incluirlo en un monográfico sobre la primera gran guerra.

La difusión del mensaje embotellado ha permitido completar la Historia que empezaron hace casi un siglo los dos soldados. El escrito completo dice: “Al Mar. 4/5 /19. H.M.A.T Karagola. Con los mejores deseos y los saludos de los chicos del 40 batallón de las fuerzas imperiales australianas. Si alguna persona encuentra esta nota, por favor escriba a cualquiera de los dos firmantes. Soldado C.F. Reid. 271 Main Street. Zeehan. Tasmania, Australia. Soldado M. Connors. Renison Bell. Tasmania, Australia”. El Archivo General de Andalucía publicó el documento en la red social Facebook y fue así como la alerta saltó a miles de kilómetros. Los miembros de asociaciones de historiadores y de recuperación de la memoria del batallón australiano descubrieron asombrados la existencia de ese mensaje y no les costó mucho poner imagen al barco y a los soldados. “Nos dieron toda clase de datos de la participación del Karagola en la guerra, su regreso de viaje tras la guerra y nos mandaron fotos del soldado Reid”, explica el director del archivo, Joaquín Rodríguez, muy emocionado porque el objetivo de ambos militares se ha cumplido. “Ahora, como ellos pedían, su mensaje ha llegado a Tasmania”.

El mensaje de Charles Frederick Reid y Michael Leo Connors.
El mensaje de Charles Frederick Reid y Michael Leo Connors.

Rodríguez cree que la intención de la botella fue lúdica. “No creemos que ellos, que habían sobrevivido a la guerra y que volvían a casa, temieran ya por su vida o pensaran que no iban a poder volver a ver a los suyos. Más bien creemos que fue un juego o una diversión entre ellos”, asegura. La historia de los chicos del batallón devuelve a la actualidad la enorme labor del arqueólogo Jorge Bonsor, cuyos amplios fondos se custodian en la sede sevillana del archivo. “El mensaje le llegó a él porque era un intelectual muy conocido en el entorno, una referencia. También porque era británico, implicado en la causa de los aliados durante la guerra, y sabía inglés”, detalla el director.

La historia completa del mensaje de los soldados Reid y Connors se exhibe estos días en la exposición de la Primera Guerra Mundial y el Archivo General de Andalucía lo ha elegido como su pieza del mes de noviembre. Se ha editado un díptico y se exhibirá con las fotos del uniformado soldado Reid y una imagen de una de los gemelos del Karagola.

Quedan todavía aspectos por destaparse. En el reverso del mensaje aparece el nombre de José Sánchez Pelayo, la persona que supuestamente encontró el mensaje el 10 de mayo de 1919, seis días después de haber sido fechado. Pero nada más se sabe de él. También queda la explicación del símbolo que aparece en la parte superior, las siglas y logo de la Asociación Cristiana de Jóvenes (Young Men’s Christian Association). Los chicos del batallón australiano han conseguido que su mensaje dispare la imaginación casi un siglo después.

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