Sale de la cárcel un excura condenado por complicidad por tres asesinatos
Isamel Arrieta oficiaba en la localidad alavesa de Salvatierra cuando ETA mató a tres guardias civiles en una carrera ciclista
El exsacerdote Ismael Arrieta Pérez de Mendiola, condenado por complicidad en el asesinato de tres guardias civiles cometido por el "comando Araba" de ETA en 1980, ha quedado en libertad tras haber cumplido doce años de prisión, según informó la asociación de familiares de presos Etxerat. La excarcelación se ha producido esta mañana en el penal cántabro de El Dueso donde se encontraba internado.
Arrieta era cura en la localidad alavesa de Salvatierra cuando se cometió el triple asesinato el 4 de octubre de 1980. Miembros del "comando Araba" mataron a tiros a los guardias civiles José Vázquez Platas, Avelino Palma Brioa y Angel Prado Mella que regulaban el tráfico con motivo de una carrera ciclista.
La Audiencia Nacional le impuso en 2003 una condena de 30 años de prisión a Ismael Arrieta como cómplice del asesinato por haber proporcionado información sobre la carrera ciclista que fue utilizada para cometer el atentado. El sacerdote fue detenido en octubre de 1980 por estos hechos y permaneció durante 18 meses en prisión, aunque no fue juzgado hasta 2003 por la tardanza de la fiscalía en proceder contra Arrieta, a pesar de que los elementos para acusarle existían desde que fue arrestado.
La sentencia estableció que Arrieta fue cómplice del atentado porque "su intervención fue eficaz en orden a la obtención del resultado", aunque no pudiera calificarse de imprescindible, porque se trataba de un espectáculo anunciado públicamente. Pese a todo, añadía la sentencia, "vemos que los datos públicos a los que tenían acceso eran escasísimos, totalmente insuficientes para el éxito seguro, y les resultaba preciso contar con los que les proporcionó Arrieta Pérez de Mendiola, en orden a facilitar la ejecución de los hechos".
Ha cumplido doce años de prisión y estaba en la cárcel de El Dueso
El Tribunal Supremo, en 2005, tuvo en cuenta las dilaciones indebidas y le impuso seis años de cárcel por cada uno de los asesinatos.
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