La acusada de matar a un anciano no padece ninguna enfermedad mental

Ángeles S., la mujer que está siendo juzgada en la Audiencia de Lleida por asesinar y descuartizar al anciano de 83 años que cuidaba, no estaba desequilibrada mentalmente cuando cometió el crimen. Los dos forenses judiciales que realizaron un informe psiquiátrico de la acusada han declarado hoy que esta es consciente de sus actos y sabe discernir entre el bien y el mal.

La segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia de Lleida con jurado popular ha estado dedicada a testigos y peritos. Estos han explicado que Ángeles S., de 48 años, tiene un trastorno de personalidad, pero no mental. Para los psicólogos del Equipo de Asesoramiento Técnico y Atención a la Víctima (EATAV) esta patología le hace reaccionar de forma impulsiva y agresiva si no consigue sus objetivos.

La asistenta social del CAP al que acudió la acusada el 21 de noviembre de 2011 para denunciar que dos desconocidos la habían secuestrado y que en su vivienda había una persona muerta ha señalado que entró en su despacho “desencajada, fuera de sí y con una expresión de pánico”. La médico de guardia la exploró y avisó a los Mossos d’Esquadra. “En aquel momento no pensamos que estuviera haciendo teatro. Su comportamiento era propio de alguien que acaba de vivir una situación traumática”, ha dicho.

No obstante, los peritos han indicado que la expresión de pánico puede ser fruto de la teatralidad que caracteriza a quienes padecen un trastorno de personalidad como el que presenta la acusada. Estas personas acostumbran a exagerar y dramatizar las situaciones vividas para llamar la atención. “Son capaces de crear un relato ficticio para esconder la realidad como mecanismo de superviviencia”.

La ex pareja sentimental de la acusada ha dicho que Ángeles le confesó que cuidaba a una persona mayor para aprovecharse de ella, pues esperaba que le dejara en herencia el piso que tenía en Igualada. “Yo la veo capaz de matar a alguien”, ha declarado. “A mí, cuando convivía con ella, me agredió, me puso lejía en un refresco y me amenazó con un destornillador”. Una amiga de ambas ha descrito a la acusada como una persona “posesiva y mala”.

Las forenses que realizaron la autopsia del cadáver de José M. han explicado que el hombre murió de forma “muy violenta” y por asfixia. La víctima fue estrangulada con un pañuelo y presentaba cinco heridas incisas en la cabeza, hechas con un cuchillo. La persona que lo mató, intentó deshacerse del cadáver, descuartizándolo y quemándolo. Algunas vísceras aparecieron en la bañera y otras no fueron localizadas.

La acusada negó el lunes su participación en los hechos y, en su descargo, dijo que cuando llegó a casa fue secuestrada por dos hombres y que José M. ya estaba muerto, una versión rocambolesca que para la policía autonómica no merece ninguna credibilidad.

Los investigadores reunieron numerosos indicios que relacionan a Ángeles S. con el crimen y consideran que esta es la única persona que podía tener motivos para matar al anciano, ya que éste se resistió a acudir a una notaría para ceder la propiedad de un piso a su cuidadora. La fiscal solicita 20 años y 5 meses por asesinato con alevosía y profanación de cadáver.