_
_
_
_

Del campo al escenario

El actor solo la pisa la ciudad para ver o hacer teatro, como su última obra, en el Lara

Adolfo Fernández, en la puerta del Teatro Lara.
Adolfo Fernández, en la puerta del Teatro Lara.Claudio Álvarez

1. Olmeda de las Fuentes. Cuando llegué desde Bilbao, en Madrid solo duré cuatro años antes de irme al campo. De mi temporada aquí conservo buenos amigos. En la meseta está la encina más grande de toda la Comunidad de Madrid. En agosto, pasas del terreno árido al microclima bajo el árbol. Te entran hasta escalofríos.

2. Perales de Tajuña. Vivo cerca de la Vía Verde y gracias a eso me he aficionado a la bicicleta. En mis paseos, visito al colectivo A casco puerro, al que compramos verduras ecológicas. Luego me paso por mis bares preferidos: el Mesón Licinia o el Lagar de Nemesio (Carmen, 24, Morata de Tajuña; Mayor Baja, 32, Perales de Tajuña).

3. Teatro Lara. Es, dentro de los teatros comerciales, uno de los que está apostando por otra rama de las artes escénicas. Hacen una doble programación: los burundangas y las llamadas por un lado, y luego apuestas más arriesgadas, como Las heridas del viento (Corredera Baja de San Pablo, 15).

Actor, director, productor

Al margen de la serie B&B, Adolfo Fernández vive en los escenarios con su compañía K Producciones. Ejecución hipotecaria, que dirige, está cada miércoles en el Lara mientras prepara ya una adaptación de En la orilla, de Rafael Chirbes.

4. Teatro Valle-Inclán. En el edificio del CDN en Lavapiés, un barrio que me encanta, hay una sala desnuda, la Francisco Nieva. Como creador puedes hacer lo que quieras, y eso es un lujo. He estado varias veces allí trabajando y le tengo mucho cariño (plaza de Lavapiés, s/n).

5. Matadero. Hay de todo y puedes quedar incluso para trabajar. O para ser un voyeur y ver cómo se lo está currando la gente joven. Es incomprensible que uno de sus mayores precursores Ruiz-Gallardon] sea este Mr. Hyde que en su día era un Jekyll (plaza de Legazpi, 8).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

6. Teatro Guindalera.Teresa [Valentín-Gamazo] y Juan [Pastor] son el alma de la historia. Desde que abrieron [en 2003] han preparado a decenas de actores que ahora trabajan con continuidad. Están haciendo espectáculos pequeños y maravillosos (Martínez Izquierdo, 20).

7. Bar Barajas. Está en Usera, al lado de la sala Kubik Fabrik, y solemos ir mucho cuando trabajamos allí. Lo lleva Isidoro, que nos atiende igual a nosotros que a cualquier otro cliente: los abuelitos se llevan su dinerillo para el menú y ellos les tratan como marqueses (Teniente Compaired, 27).

8. Barrio de las Letras. Allí tenemos la oficina de la compañía, en la calle Verónica Díez, y le tengo mucho cariño. Pero últimamente el barrio está muy sucio. Ana Botella lo ha destruido con el cambio en la gestión de la limpieza, hasta el punto de que los comerciantes de allí nos hemos comprado una manguera con la que regamos la acera.

9. Taberna el Alambique. La lleva mi amigo Juan y está al lado de la oficina. En torno a las ocho de la tarde empiezan a juntarse poetas, flamencos y guiris. Juan tiene esa permisividad artesana, tradicional en el mejor de los sentidos: recoge a todo el mundo sin preguntar de dónde viene (Fúcar, 7).

10. Colegio Estilo. La escuela de mi hija, que sigue el sistema de la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos y Josefina Aldecoa. Es la antítesis de la educación falangista que yo recibí, con Don Ricardo, que básicamente lo que hacía era repartir hostias. Aquí mi hija vive una experiencia de afecto y conocimiento, y yo estoy encantado (Serrano, 182).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_