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POP | La Unión
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Elegancia acartonada

El trío de Rafa Sánchez celebra su 30 cumpleaños en Vistalegre, el peor de los escenarios posibles, con un discurso que dejó hace mucho de ser seductor

Un trigésimo aniversario constituye un motivo de celebración honorable, pero anoche fueron los propios cumpleañeros de La Unión quienes malbarataron la fiesta con su emplazamiento. El Palacio Vistalegre volvió a ser esa mole abominable de las reverberaciones infinitas, por no hablar de las dificultades de Rafa Sánchez para que se le entendiera durante los primeros compases. Más penosas fueron las condiciones para el pobre Luis Bolín, cuyas segundas voces se desvanecieron toda la noche en el limbo gris del hormigón.

El trío madrileño conoció grandes noches de gloria en los ochenta, tiempos de elegancia sofisticada y vídeos en blanco y negro, y eso aún hoy se traduce en 4.500 fieles dispuestos a festejar la onomástica. Lástima que de la elegancia de antaño hayamos pasado al acartonamiento: teclados desfasados, invitados jóvenes sin pedigrí (Lagarto Amarillo, Ambkor) y un Sánchez que engola la voz para desgranar un discurso de tan elevadas cotas filosóficas como “Todo lo que empieza irremediablemente acaba” o “La música no tiene edad”. Solo Love of Lesbian supo sublimar Sildavia, porque hasta a Miguel Bosé se le vio desnortado en Dónde estabas en los malos tiempos’ Y en cuanto a Nancys Rubias, dejémoslos estar: ni esta miserable línea merecería el cabecilla de todos los chabacanos.

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