La basura se recogerá por decreto ante el retraso del nuevo contrato local

La basura se recogerá en Madrid desde pasado mañana por decreto. El contrato para prestar ese servicio expira mañana. Pero la feroz batalla de tres grandes empresas para hacerse con la nueva adjudicación ha llevado al edil de Medio Ambiente, Diego Sanjuanbenito, a prorrogar el contrato un mes más para asegurar el servicio público.

Así, Fomento de Construcción y Contratas (FCC) estará obligada a seguir recogiendo la basura pese a haberse negado a ello. La empresa, que presta el servicio desde 1940, da por perdido el nuevo contrato ante la agresiva oferta de ACS y Ferrovial, que han prometido al Ayuntamiento hacerlo un 10% más barato.

FCC lo ve “imposible” y anticipa “un conflicto laboral”. Y, en parte para librarse de las iras de los trabajadores, en parte como medida de presión al Ayuntamiento, se ha negado a prorrogar su servicio un mes más una vez concluido mañana el antiguo contrato. Así se lo comunicó el día 24 al concejal, que hoy optó por obligarla a hacerlo por decreto, a la espera de que en las próximas horas se adjudique el nuevo contrato. Por ese mes extra, FCC recibirá 6,6 millones de euros.

Hasta ahora, el contrato de recogida de basura se dividía en dos, aunque en la práctica era gestionado como uno solo al estar en manos de la misma empresa. El servicio en 14 de los 21 distritos (la periferia) se adjudicó en 2002 por 688 millones y un periodo de 10 años prorrogables dos más. El servicio en los siete distritos restantes (el centro) se adjudicó en 2006 por 470 millones de euros y expira en 2015. Ambos los obtuvo FCC, que admite prestar el servicio como si se tratara de un solo contrato y advierte de los problemas logísticos que implicará separarlos. En su opinión, no sólo encarecerá el servicio, sino que provocará un conflicto al cambiar las condiciones de los trabajadores.

El Ayuntamiento tiene previsto adjudicar el contrato de residuos por 83,3 millones

El Ayuntamiento ha licitado el nuevo contrato de la periferia sólo por 13 meses, para que concluya al mismo tiempo que el de centro. Así, ambos podrán unificarse.

Para evitar un conflicto laboral, ha elevado un 24% su cuantía, compensando así la caída de volumen de residuos por la crisis (un 30% desde 2008), pues la empresa cobra por tonelada recogida.

El contrato se ha licitado por 83,3 millones de euros; según fuentes del sector, FCC factura con el contrato anterior 56 millones de euros cada 12 meses.

Para hacerse con el nuevo contrato, FCC se ofreció a prestar el servicio por un 0,76% menos del precio de licitación. Sacyr propuso una rebaja del 0,36%. Ferrovial y ACS hicieron una puja conjunta un 10,7% inferior al precio pedido.

Fuentes municipales, empresariales y sindicales dan por hecho que ACS y Ferrovial obtendrán el contrato, pues la propuesta económica supone 60 de los 100 puntos de valoración en la adjudicación.

Contrariada ante esa posibilidad, FCC emitió un comunicado la semana pasada avanzando que veía “imposible” prestar el servicio por separado en periferia y centro. Y adelantaba que “será difícil evitar el conflicto laboral por la profunda alteración de las condiciones operativas y sus consecuencias sobre ambas plantillas”.

CC OO, UGT y CGT temen un empeoramiento de las condiciones de los 1.500 trabajadores que prestan el servicio en centro y periferia, y dan por seguro que habrá protestas e incluso una huelga si FCC pierde el contrato. Y ello pese a que la nueva adjudicación obliga a subrrogar a los trabajadores, para que no haya despidos.

Un conflicto así podría tener graves consecuencias para el PP a tan solo unos meses de las elecciones municipales de mayo de 2015, tras el enorme daño político por los 13 días de huelga de barrenderos del pasado noviembre.

El Ayuntamiento confía en poder evitarlo. El primer paso ha sido obligar a FCC a seguir prestando el servicio un mes más para dar tiempo a adjudicar el nuevo contrato. Según el decreto firmado hoy, la decisión de FCC de no aceptar esa prórroga supuso “una transgresión de la buena fe que conlleva una grave dificultad para la prestación del servicio”, blindado por la legislación estatal.

El segundo paso, inminente, será adjudicar el nuevo contrato. Si hay o no una huelga de basuras en Madrid dependerá de tres factores: como gestione las condiciones laborales de los trabajadores de la periferia el nuevo adjudicatario; como gestiona FCC a los empleados de centro; y cómo se negocia el nuevo convenio laboral de unos y otros, que expira en las próximas semanas y que históricamente ha provocado protestas.