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17 millones bajo tierra y los vecinos sin tren

La tuneladora que abría la vía entre Móstoles y Navalcarnero lleva cuatro años abandonada

Patricia Ortega Dolz
Vista del túnel desde la A-V, donde se encuentra la tuneladora de 17 millones de euros desde hace cuatro años.
Vista del túnel desde la A-V, donde se encuentra la tuneladora de 17 millones de euros desde hace cuatro años. jaime villanueva

Los más de 250.000 vecinos que viven en Móstoles y Navalcarnero y en el resto de los pueblos limítrofes tendrán que seguir soportando los largos atascos de la carretera de Extremadura (A-5), desde la que se divisan a la perfección las obras paralizadas del tren que nunca llegó.

Desde hace cuatro años la tuneladora no ha avanzado ni un metro más de los aproximadamente cien que recorrió cuando comenzaron las obras en 2010. Esa monumental máquina que abre la tierra, cuesta 17 millones de euros y sobrevive en las profundidades engrasada casi a diario por unos mecánicos y custodiada por dos vigilantes en el descampado anejo a la zona residencia del Parque de Coimbra, muy cerca del centro comercial Xanadú, donde supuestamente iba a ir una de las estaciones de esa vía de 14,6 kilómetros, que uniría las dos poblaciones en un proyecto de 362 millones de euros.

Lo que queremos es que terminen lo que empezaron, dicen los vecinos

En 2008, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, inauguró la “primera piedra” de esa obra que pretendía acercar esa parte del sur a la capital. En 2009, el proyecto fue uno de los compromisos suscritos por la Comunidad con el Ministerio de Fomento del entonces ministro socialista Pepe Blanco en el marco del Plan de Extensión de las Cercanías Ferroviarias de Madrid 2009-2015, por el que se garantizaba una inversión global de más de 5.000 millones para habilitar 115 nuevos kilómetros de vías, 25 nuevas estaciones y 5 nuevos intercambiadores.

Sin embargo, en enero de 2010, menos de un año después de firmar ese convenio de ampliación de las cercanías madrileñas y con una crisis acuciante, las obras de la conexión Móstoles-Navalcarnero se pararon definitivamente, alegando “problemas de financiación”.

Se calcula que la Comunidad se ha gastado ya 140 millones de euros
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La adjudicataria de la obra —como de tantas otras de la Comunidad— es OHL, que se limita a asegurar que sigue “en conversaciones” con el gobierno regional. Pero la Comunidad arguye que “OHL paralizó unilateralmente las obras” en su día cuando tendría que cumplir su contrato. Y, como si se tratara de un pacto de no agresión, nadie avanza en esa negociación y el ferrocarril sigue sin tener ni un metro de vía pese a las protestas vecinales para lograr esa reivindicación histórica.

“Lo único que pedimos es que terminen lo que empezaron”, dice Victor Prieto, portavoz de los vecinos del Parque de Coimbra. “Llevamos años demandando una comunicación ferroviaria para paliar las consecuencias del tráfico y las administraciones no quieren hacerlo porque no quieren gastarse el dinero, pero sabemos que han recibido propuestas alternativas de pago por parte de la adjudicataria”. Están que trinan. Cada día conviven con los atascos que se forman en las horas punta en las entradas y salidas de las rotondas de acceso a las urbanizaciones desde la autovía. Y los fines de semana sufren la gran afluencia de vehículos que se dirigen al centro comercial.

Recientemente se ha creado una plataforma de alcaldes de la zona para presionar. Incluso desde el Congreso de los Diputados el grupo socialista, liderado en este caso por Rafael Simancas, denunció el hecho de que ya se habían “despilfarrado” 140 millones de euros en unas “obras inútiles” y presentaron en febrero un proyecto no de ley en el que “insta al Gobierno de España, a través del Ministerio de Fomento, a suscribir un acuerdo con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Móstoles para reanudar de manera inmediata las obras correspondientes a la conexión Móstoles-Navalcarnero”. El Ayuntamiento ha de impulsar el acuerdo y aportar Ios recursos disponibles. La Comunidad debe exigir el cumplimiento del contrato a la concesionaria. Y el Ministerio de Fomento ha de sumarse a los esfuerzos, asegurando la colaboración activa de RENFE y ADIF. Pero nada de eso ha ocurrido ni hay señales de que vaya a pasar.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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