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560 niños estudian en una cancha, un colegio abandonado y una parroquia

Los barracones de su centro concertado se quemaron a principios de mes. Un privado está dispuesto a acogerlos.

Elisa Silió
Niños durante una clase en el colegio Pasteur de Madrid.
Niños durante una clase en el colegio Pasteur de Madrid.

La madrugada del 6 de septiembre un aparatoso incendio calcinó la zona de almacén, la secretaría, el comedor, el gimnasio y algunas “aulas” (en realidad barracones) del colegio concertado Pasteur, en Arroyomolinos. Así que, a toda prisa, Chesterton Education —propietaria del centro— buscó alojamiento eventual para sus 560 alumnos.

 Hoy, y hasta dentro de dos o tres meses, los chavales se ven obligados a estudiar en una parroquia, un polideportivo y un colegio público abandonado en Móstoles.

Una decisión incomprensible para Solynieve, un centro privado de Arroyomolinos con pocos alumnos que ofreció sus instalaciones a la inspección educativa del Área territorial de Madrid Sur, como queda constancia en un escrito compulsado el 16 de septiembre. La dirección del Pasteur, sin embargo, dice no tener constancia del ofrecimiento de Solynieve, y en el que reincide en su web.

La consejería explica que el colegio Pasteur goza de “autonomía” para decidir el emplazamiento y que se tuvo en cuenta la opinión de los padres de los niños de infantil (menos de seis años). Una afirmación que confirma el Ayuntamiento, del PP. El Consistorio señala que ellos ofrecieron lo que tenían: sus “instalaciones municipales”: un polideportivo y un centro cívico.

En Arroyomolinos hay cuatro colegios públicos, dos institutos y en apenas dos años se han construido dos concertados de marcado carácter católico, pese a que los ciudadanos reclamaban un quinto colegio estatal. Por eso, el caso del Pasteur se verá esta semana en el pleno.

Los bebés están en la parroquia; de uno a tres años en el auditorio municipal; de cuatro y cinco en el “centro cívico” (en realidad el polideportivo) y de primero de primaria a segundo de secundaria —el último que se imparte— en la escuela de Móstoles. Los consejeros del Pasteur, un centro ultracatólico, son Alejandro Sanz Peinado, exalcalde de La Cabrera y exconsejero de Deportes, y José Javier Fernández Santamaría, exdirector de Medioambiente Natural y del Canal de Isabel II. Ninguno de los dos ha estado en el Gobierno de Ignacio González.

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“Más de cien padres se han apuntado en la lista de voluntarios para limpiar y arreglar. La mejor lección magistral: educar para la vida superando los infortunios desde la unidad”, se congratulan en la web del colegio Pasteur. Porque en la escuela abandonada, que la consejería devolvió al Ayuntamiento de Móstoles, ha habido hasta okupas, según la dirección del Pasteur, que considera “bueno” para las Administraciones que ellos lo hayan acondicionado. El PSOE de Móstoles recuerda que estaba acordado que ese espacio sería la nueva sede de la Junta del Distrito 4 y un centro de mayores.

La policía investiga el origen del fuego de los barracones del Pasteur, pues varios testigos dicen haber escuchado explosiones y visto a varias personas huir. Chesterton ha incumplido el acuerdo con la consejería para lograr el concierto, pues contaban con 18 meses para levantar el edificio. Aseguran en una carta que las obras empezarán el mes próximo. Apenas hay una excavadora.

Los alumnos de sus otros colegios concertados (Chesterton, en Meco, y Edith Stein, en Orcasitas) también estuvieron años estudiando en módulos. “Hace cuatro años que pedimos el concierto y no nos lo dan, y se lo mantienen a un colegio de chapa que no ha empezado a construirse. Lo lógico es que, por incumplimiento, devuelvan el suelo y que indemnicen”, prosiguen desde Solynieve.

Entre los padres hay división de opiniones. “Me parece una desfachatez que nos manden un e-mail pidiendo nuestra ayuda para limpiar enseres del colegio”, se queja una madre en las redes sociales. “¿Pretenden que paguemos lo mismo?”, se pregunta, dispuesta a cambiar a su hijo de centro. Sin embargo, otros apoyan al colegio. “Fueron algunos padres los que se ofrecieron a limpiar y el centro mandó la misiva para no menospreciar al resto”, le contesta otra.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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