Pop con acento electrónico en la noche sueca del BAM
Zhala, Seinabo Sey, Mariam The Believer y Frida Sundemo participan en la noche de Estocolmo de las fiestas de la Mercè
La noche sueca del BAM no fue la noche de los rubios. Haberlos los hubo, pero también se patentó la excentricidad, Zhala, la negritud, Seinabo Sey, el poderío vocal moreno, Mariam The Believer y la evidencia de que todos los músicos suecos aprenden inglés antes de viajar. Resultó así una noche variada pese a que el sustrato de casi todo lo escuchado fue pop con fuerte acento electrónico y con momentos francamente impactantes, como el paso por escena de Frida Sundemo, una vocalista con carisma y notable presencia escénica capaz de sostener todas las miradas con su sola presencia o como el de la antes citada Seinabo Sey, una sueca negra de voz poderosa escorada hacia el soul de sustrato pop. Junto con el de Frida Sundemo resultaron a la postres dos de las mejores actuaciones de una noche bastante completa.
Así pues el guión de la noche fue doble: todos los artistas eran suecos al ser Estocolmo la ciudad invitada de las fiestas y todos se acercaban de una u otra manera al pop. Eso sí, nada de pop de guitarras, apenas se vieron en la noche, sino ese pop electrónico que encajaría perfectamente en el Sonar, por donde ya ha pasado Robyn, una estrella con la que mantiene cierto paralelismo. La única formación que pudo acercarse a una formulación digamos tradicional del pop, y no es que la electrónica no sea ya una forma convencional de pop, fue la banda que cerró la noche, NoNoNo, precisamente la más numerosa y de paso la autora de una canción que ya ha tenido mucha repercusión en Suecia y que se solventa silbando, Pumpin Blood. Sonó en el final del concierto del grupo, cuya vocalista lució una cierta ternura pánfila que el tópico de los latinos mal pensados atribuyen a la influencia de las melenas rubias.
Será pues casualidad, que probablemente lo es, pero las vocalistas más sugestivas, por cierto todo fueron mujeres, resultaron las de aspecto menos nórdico. Mariam Wallentin (Mariam The Believer) pareció en el arranque de la noche demasiado encantada con su voz y su pop con presunciones de autor, dando mucho protagonismo a la interpretación. Gorgoritos a tutiplén que no ocultaron una personalidad más allá de la pirueta vocal. Por su parte Seynabo Sei estuvo por encima del nivel de la noche con una voz carnosa y potente, así como con una presencia de vocalista de fuste perfectamente adaptada a su repertorio. Finalmente, la excentricidad corrió a cargo de Zhala, embarcada en un show con sólo ella de protagonista sustentado por pregrabados y con un acabado de trazo grueso.
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