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Del centro ocupacional a la pasarela

El proyecto de integración social Fid by grupo Amás presenta una colección de estampados diseñados por 10 mujeres con discapacidad intelectual

Las diseñadoras de la colección, en el Museo del Traje de Madrid durante el desfile.
Las diseñadoras de la colección, en el Museo del Traje de Madrid durante el desfile.JULIÁN ROJAS

Sus rostros reflejan alegría, orgullo, agradecimiento. Hasta ahora, nadie les había dado la oportunidad de demostrar lo que son capaces de hacer. Estaban relegadas en centros ocupacionales, sin objetivos, sin ilusiones. Eso quedó atrás hace un año, cuando alguien las miró a la cara y fue capaz de ver más allá de su discapacidad. La diseñadora Marisa García Chércoles les propuso emprender una aventura juntas: montó un equipo creativo multidisciplinar para enseñarles técnicas de estampación y costura. Y la semana pasada, tras meses de intenso trabajo, 10 mujeres con discapacidad intelectual presentaron en el Museo del Traje su primera colección de complementos en la séptima edición de la pasarela independiente MFSHOW WOMEN.

“Todos tenemos creatividad en mayor o menor medida; hay que dar herramientas para canalizarla y que fluya. Antes no sabían lo que era un estampado y ahora ven la vida estampada”, contaba García Chércoles minutos después de ver cómo los espectadores del desfile se levantaban para aplaudir los diseños. “Nuestro objetivo era contribuir a que cada una de las personas que participaran en el taller pudieran abrirse camino en el mercado laboral de la moda. Y, por otra parte, promover su inclusión como ciudadanas de pleno derecho”.

“Las personas con discapacidad son un colectivo al que tenemos totalmente al margen de la sociedad”, opina la profesora de estampación Natalia Moreno. “Es gente que puede trabajar, puede crear, pueden hacer lo que quiera. Los tenemos ahí apartados... ¡Haciendo cosas de niños, que no corresponden a su edad!”, le interrumpe Milena Aragonés, responsable de las clases de sombrerería y técnicas de costura, que concluye: “Y pretendemos que se conformen con eso”. Moreno confiesa que “tenía bastante miedo porque nunca había dado clases a gente con discapacidad”. “No sabía qué nivel tenían de dibujo o si padecían algún problema de movilidad, como le pasa a Estefanía, que mueve las manos muy lentamente y le cuesta coger las tijeras”. Así que pensó: “¿Cómo le enseñaría a estampar a un niño?”.

Después de darle muchas vueltas, se le ocurrió llevarlas de “excursión al campo para recoger hojas secas que luego podrían utilizar como moldes”. “El turbante que lleva Milena —dice, señalando el tocado de su compañera— lo hizo Marga pintando las hojas por detrás con una mezcla de colores que luego plasmaba sobre una superficie blanca. Lo único que tenía que hacer yo después era escanear sus composiciones”.

Así surgió la colección Inspiración Natural, cuyas artífices describen como “un despertar de los sentidos”. El lema del proyecto FID by grupo Amás —full integration design, en inglés— es “discapacidad no es menor capacidad... Son capacidades diferentes”.

La frase la dijo una de las aprendices al ver el resultado de su primer diseño. “María me propuso hacer un estampado con flores naturales del jardín”, relata Moreno. “Las fue pegando en un papel y luego escaneamos su composición. Cuando vimos el resultado final... Puf... Se puso a llorar, yo también...”, cuenta la diseñadora emocionada por el recuerdo. “No te imaginas lo que significa esto para mí. Todo el mundo piensa que no sabemos hacer nada, pero no es cierto, tenemos capacidades diferentes a los demás”, cuenta que le dijo entonces su pupila.

“Al principio pensamos que iba a ser muy difícil porque de un día para otro se les olvidaban las cosas que les explicábamos”, señala Aragonés. “Pero a día de hoy Marga hace ganchillo mejor que yo”, dice con orgullo. “Su evolución ha sido una pasada”. Y más allá del terreno profesional, todo el equipo docente elogia la “transformación personal” durante este año.

“El primer día que las conocimos estaban muy ilusionadas, pero tenían mucho miedo. Y las ves ahora, con una seguridad impresionante”, valora Aragonés mirando el desparpajo de sus alumnas delante de las cámaras.

“Esto nos ha cambiado la vida al 100%”, considera Elena Gallego. A sus 37 años ha descubierto su “pasión”, su “vocación”, una ilusión que, después de pasar años de un centro ocupacional a otro, no pensaba que fuera a encontrar. “Las chicas con discapacidad podemos hacer muchas cosas. No nos vale estar siempre ocultas”, proclama con la consiguiente ovación de sus compañeras. “Ahora nos arreglamos y nos cuidamos más porque somos felices. Tenemos la autoestima impresionante”, dice mirando hacia arriba y levantando una mano lo más alto que puede.

“Hemos dado el primer paso. Pero vamos a seguir luchando”, asegura convencida.

El próximo reto que tienen entre manos estas 10 mujeres “y las que se vayan incorporando al proyecto”, como señala su directora, será la colección primavera-verano para 2015, que constará de 20 modelos, con una producción máxima de 100 unidades.

De momento, todos los complementos que presentaron el pasado martes se pueden adquirir en internet. Pronto estarán disponibles en tiendas.

“Esto ha sido un sueño para todas”, apunta la que parece la cabecilla del grupo. Marga Gómez, de 34 años, habla despacio, eligiendo las palabras. Observa la pasarela por la que varias modelos mostraban sus diseños hasta hace unos instantes. “Nunca imaginé que iba a acabar aquí”, dice con la voz entrecortada por la emoción. “Hoy he descubierto la marca que hay en mí. Y que hasta ahora tenía muy oculta”.

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