La madre de los bebés congelados en Pilas niega haberlos matado
La mujer sólo recuerda el primero de los partos y ocultó los embarazos a su familia
“No me he sentido culpable porque no he matado a mi hijo”. Con estas palabras, la mujer acusada de asesinar y congelar a sus dos bebés recién nacidos, hallados por su padre en su domicilio de Pilas (Sevilla) en 2012, ha defendido su inocencia en la primera jornada del juicio con jurado popular que se celebra hasta el viernes en la Audiencia de Sevilla. La acusada, Sara L. H., ha asegurado que solo recuerda el primer parto y ha defendido que ocultó a su familia los embarazos por miedo a que su entonces marido le obligara a abortar, como ya lo hizo en dos ocasiones anteriores. “No se lo dije a mi marido porque no quería abortar. Quería tener a mi hijo”, ha asegurado la madre, quien ya tenía dos niños cuando ocurrieron los hechos. "Pensé en tenerlo y si él no lo quería y no lo aceptaba, irme de casa con mis hijos", ha agregado. La fiscalía pide para la acusada 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato con alevosía.
Según el testimonio de la madre, en junio de 2011, dio a luz al primer bebé en casa, concretamente, en la bañera. “Comencé a llenarla de agua para que el niño no se golpeara, pero el parto fue cuestión de minutos”, explica la mujer antes de señalar que el pequeño nació muerto. “Intenté reanimarlo pero no se movía”, ha defendido. Ante esta situación, “y sin saber que hacer”, Sara ocultó el cadáver en el último cajón del frigorífico. “Decidí guardarlo, tenerlo cerca”, ha señalado la acusada. “No estoy de acuerdo con los enterramientos. Nunca voy a enterrar a un ser querido”, ha asegurado. Sobre el segundo parto, la madre ha reiterado que no recuerda nada.
La fiscalía pide para la acusada 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato con alevosía
En contra de las declaraciones de la acusada —quien, según la fiscalía, “mantenía intactas sus facultades cognitivas y volitivas” en el momento de los hechos—, la autopsia reveló en su día que los dos bebés nacieron vivos tras un embarazo sin incidencias y que fallecieron por asfixia. El primero de ellos, con un 90% de posibilidades, por sumersión en el agua. “No ahogué al bebé. Eso es mentira”, ha afirmado la acusada.
El primer bebé fue encontrado el 9 de noviembre de 2012 por el entonces marido de la acusada. “Pensé que era carne de venado”, ha reconocido el exmarido, quien avisó a la policía. Según la acusada y varios testigos, al enterarse de que los agentes estaban en su casa, Sara les dijo a sus compañeros de trabajo que “había hecho algo muy malo” y que iban a pensar que era un “monstruo”. “Les dije eso porque es más fácil pensar lo peor”, ha argumentado la acusada. Días después, mientras limpiaba un arcón congelador de su casa, el padre encontró el segundo cadáver. “Cuando vi la misma bolsa, me eché a temblar”, ha mantenido el exmarido, quien ha reconocido que Sara era una buena madre. La expareja también ha señalado que solo recuerda que su exmujer abortara una vez y que fue de mutuo acuerdo.
En el registro de la vivienda tras el aviso del padre, según el testimonio de uno de los agentes, se localizaron fajas, dos agendas con un control "estricto" de las menstruaciones de ella y un ordenador en el que había búsquedas con las palabras teratógeno, sustancia que provoca malformaciones en el feto, "rotura de bolsa a los seis meses", "parto prematuro" y "sintrón", medicamento que le encontraron. El mismo agente del Equipo de Menores y Mujer ha subrayado que no había ningún indicio de violencia de género a pesar de que ella ha declarado que sentía miedo nada más oír la puerta de la casa cuando llegaba el marido. "Porque bebía mucho y cuando le daba la gana de golpear las cosas y de pelear, pues se peleaba; no me maltrataba ni me pegaba, el maltrato no es que te peguen, eso no es lo peor", ha asegurado Sara, quien cuando fue detenida estaba embarazada de ocho meses.
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