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Las encuestas ocultas del Consell

El PP utilizó de manera privativa los datos sobre su gestión y otros partidos El TSJ obliga a la Generalitat a difundir los sondeos negados a la oposición

El presidente Alberto Fabra y José Ciscar en las Cortes Valencianas.
El presidente Alberto Fabra y José Ciscar en las Cortes Valencianas. MÒNICA TORRES

La Generalitat ha publicado este mes de agosto la mayor parte de los sondeos que permanecían ocultos desde hace casi una década. El Consell, que preside Alberto Fabra, empezó a abrir la mano a mediados del pasado mes de mayo obligado por no menos de siete sentencias desfavorables del Tribunal Superior de Justicia a otros tantos recursos de Esquerra Unida y Compromís.

Durante décadas el Consell ha negado a la oposición las encuestas pagadas con cargo a los presupuestos de la Generalitat con el argumento de que solo era documentación de “carácter auxiliar para la evaluación y definición de políticas públicas y no aborda cuestiones relacionadas con la intención de voto ni con las valoraciones personales de los líderes políticos”.

Mejorar la democracia

J. F.

Los cuestionarios encargados por el Consell han servido a los populares para tejer mejor sus argumentarios, reforzando el sentir de la opinión pública o debilitándolo. De entre las innumerables preguntas destaca el cuestionario sobre regeneración política realizado en mayo del año pasado.

En este formulario se preguntó a los valencianos por distintas medidas, de las que el PP finalmente ha decidido defender tres: la reducción de diputados autonómicos (que apoyaría el 91,4% de los encuestados), la elección de diputados por comarcas (un 67% estaba totalmente o algo de acuerdo) y la reducción de organismos de la Generalitat (82,1% a favor). Otras propuestas con un apoyo ciudadano igual o mayor ni siquiera han sido mencionadas por el Consell y el PP.

Las listas abiertas serían bien vistas por casi el 83% de los valencianos, la reducción de concejales tendría el aval del 89,1% de los ciudadanos, la supresión de las diputaciones contaría con el plácet del 77% de los encuestados y la limitación del mandato del presidente de la Generalitat a ocho años sería apoyada por el 75%. Temas que el Consell ha preferido ignorar.

Un criterio que el TSJ ha desestimado al entender que el Gobierno valenciano estaba vulnerando el carácter público de los datos e informes y el derecho de los parlamentarios a acceder a esta documentación.

La difusión de los sondeos revela que los populares no explicaron toda la verdad y que, a tenor de lo difundido ahora, han preguntado por cuestiones de marcado carácter electoral como la opinión de los valencianos sobre un posible gobierno de coalición de izquierdas, la labor de oposición (del PSPV, Compromís y EU), la valoración de la actuación de los portavoces parlamentarios tras el debate de política general o la necesidad de convocar elecciones generales.

El pasado mes de mayo, el todavía portavoz del Consell, José Ciscar, presentó el primer barómetro: el correspondiente al mes de abril de este año en el que, efectivamente, no se realizó ni una sola pregunta sobre la oposición. Pero es la excepción que confirma la regla.

A principios del pasado mes de agosto, el Consell volcó en su página web gva Oberta decenas de sondeos realizados entre 2004 y 2013. En todos ellos se pregunta sobre la labor de oposición y sobre el partido que tiene los mejores liderazgos (sin poner nombres) y los puntos fuertes y débiles de cada formación.

Pese a ello, el diputado de Compromís Fran Ferri preguntó el pasado 1 de septiembre en las Cortes las razones por las que en la web no se habían publicado todas las encuestas. Y, casi de inmediato aparecieron volcados varios cuestionarios más.

Los barómetros realizados desde 2004 han costado cerca de 1,5 millones de euros, según los cálculos del diputado Ignacio Blanco, de Esquerra Unida, que ha rastreado los contratos adjudicados por la Generalitat a cuatro empresas distintas.

Los estudios sociológicos permiten constatar el deterioro electoral del PP a partir de 2010 y los cambios de posicionamiento de la sociedad valenciana, que en octubre de 2009 se ubicaba en un 5,2 (siendo 0 la extrema izquierda y 10 la extrema derecha) y que el pasado mes de enero se había ubicado en el 4,6.

Los estudios revelan que el PP cae y que el tripartito es visto como alternativa

El estudio sociológico realizado a principios de año arrojó datos demoledores para el Ejecutivo de Alberto Fabra, que desde hace tres años no oculta su preocupación por un gobierno tripartido de izquierdas.

En enero pasado, un 62,8 de los valencianos calificaba de mala o muy mala la gestión del Consell y más del 80% no confiaba en su presidente Alberto Fabra. El 30,2% declaraba tener poca confianza y el 53% de los valencianos ninguna. En cambio, la percepción sobre la labor de oposición, especialmente del PSPV y Compromís, había mejorado respecto al sondeo anterior de octubre de 2013.

Las tablas publicadas revelan que la mayoría de los encuestados (un 53,5%) consideraban un posible gobierno progresista de coalición “una alternativa” (un 32,6% no compartía esa opinión). Por si fuera poco, un 52,6% lo consideraba un “cambio necesario” (frente al 31,9% que no). En este contexto, los sondeos encargados por la Generalitat exploraban las posibles debilidades del tripartito e interrogaba a los valencianos si asociaba un gobierno de progreso de coalición con el independentismo (57% no y 25,7% sí), el catalanismo (60,3% no y 24,8% sí) o el radicalismo de izquierdas (53,2% no y el 31,5% sí). Un elemento que contribuye a explicar el discurso de los populares valencianos.

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