Independencia, calidad y excelencia

 "He aprendido mucho de los libros, ciertamente, pero no los estimo por lo que he aprendido, que es muchísimo, sino por encima de todo por cómo me han acompañado a lo largo de los años, configurándome y, quisiera pensar que afinándome”, decía Jaume Vallcorba en el discurso de clausura —fue leído, él no asistió— del Master de Edición de la universidad Pompeu Fabra en julio. Su último acto público fue un mes antes, cuando recibió el Premio Nacional de Cultura de la Generalitat, de manos del consejero de Cultura, Ferran Mascarell, que ayer resumía la personalidad del editor con tres palabras: “un gran humanista”.

La particularísima relación de Vallcorba con las letras es una de las cosas que destaca Francesc Serés, uno de los jóvenes escritores de Quaderns Crema: “Ha sido una personalidad única e insustituible. Conciencia de la tradición y de la construcción de la continuidad cultural. Es muy difícil que lo que haces tenga sentido histórico y Jaume lo ha conseguido”. Serés resume por qué Vallcorba era especial: “Controlaba todo el proceso, desde que llega un original hasta la venta al público, la clave de un buen editor independiente”.

Victoria Cirlot, catedrática de Filología Románica de la Pompeu Fabra y que fue colega de Vallcorba en la UB, ponía en valor el riesgo que asumió al publicar ediciones espléndidas para los estudiantes: “Fue toda una apuesta y de calidad”.

Más personal es el recuerdo de Isabel de Riquer, escritora y doctora en Filología Románica e hija de Martín de Riquer, fallecido el año pasado. “En los últimos cinco o seis años, cuando nuestro padre apenas salía de casa, las visitas de Jaume —y su esposa— eran especiales. Llegaban cargados con libros, publicados recientemente por su editorial, y Jaume los comentaba uno a uno. Este alimento iba siempre acompañado de una exquisita pastelería y de un buen whisky”.

B. CIA, Barcelona