“Vamos a conseguir que en Fagor nadie se quede sin empleo”
El presidente de Fagor Electrodomésticos no observa "fricciones" en la Corporación Mondragón, sino "un debate con opiniones diversas" sobre el futuro del cooperativismo
Xabier Bengoetxea (Usurbil, 1965), futbolista de la Real Sociedad entre 1985 y 1991, licenciado en Derecho por la UPV, sigue al frente del consejo rector de Fagor Electrodomésticos, trabajando en la sombra pero de la mano de los administradores concursales para lograr que la liquidación de la cooperativa ocasione las menores secuelas posibles.
Pregunta: Una vez resuelto el proceso concursal de Fagor, ¿qué es de la cooperativa?
Respuesta: Fagor Electrodomésticos existe y ahora mismo es una sociedad en liquidación. Se han adjudicado una serie de activos a Cata, pero tiene por liquidar parte del negocio inicial.
P: ¿Cómo ha vivido la caída de la compañía?
R: Con preocupación, porque el hecho de que pare una cooperativa tan emblemática como Fagor, por todo lo que representa en el mundo del cooperativismo, ha supuesto un gran drama. Aquí se ha generado un problema humano muy profundo, porque cientos de socios se han quedado en una situación de incertidumbre. Ha habido que implicarse mucho y trabajar a fondo para zanjar el problema en el menor plazo posible. Se han resuelto muchas situaciones, pero aún queda gente sin trabajar. Por eso, tenemos que seguir peleando en esta línea para que todo el mundo encuentre una solución acorde a las posibilidades que existen.
Las ventajas del movimiento cooperativo están fuera de toda duda
P: ¿Qué falta por resolver?
R: La prioridad es el problema del empleo. Hay que conseguir que todos los trabajadores puedan continuar trabajando. Éramos muchas personas, aproximadamente 2.000, y eso requiere de mucho tiempo para dar soluciones a todos. Hasta ahora se ha conseguido mucho, porque una parte importante de los socios de Fagor están reubicados en otras cooperativas [de la Corporación Mondragón]. Y estoy seguro de que a corto plazo se podrá resolver el problema de todos. Vamos a conseguir que nadie se quede sin empleo. En una segunda fase hay que lograr que estos empleos temporales se consoliden para que la ocupación de todos los afectados sea definitiva.
P: ¿Los recolocados en otras cooperativas estarían dispuestos a volver?
R: Me consta que hay mucha gente dispuesta a cambiar de régimen y arrancar en un modelo distinto de empresa.
P: ¿La adjudicación a Cata es una buena solución, la única posible, la menos mala?
R: Sin opción a un convenio con los acreedores, estábamos abocados a la solución que se ha dado, más allá de que se haya adjudicado a una compañía o a otra. Que haya habido empresas interesadas en Fagor es lo relevante. El reinicio de la actividad va a generar de nuevo empleo directo y, además, permitirá que muchas empresas del entorno de Mondragón afectadas por el cierre de Fagor reanuden sus actividades.
P: ¿Eso es posible hacerlo desde octubre, como dice Cata?
No hay fricciones en Mondragón, sino un debate con opiniones diversas
R: En septiembre se preparará todo para retomar la producción cuanto antes y un mes después se podría iniciar, según ha anunciado Cata. Más allá de los plazos, lo importante es que se den los pasos para que la actividad industrial se reinicie, y eso se va a dar.
P: ¿Tuvo preferencia por algún aspirante a comprar Fagor?
R: He sido un espectador. La preferencia de Fagor era por el que fuese a generar más empleo.
P: ¿Cómo juzga el papel que jugaron las instituciones?
R: Las implicaciones políticas han estado ahí, pero era lógico por la magnitud de Fagor. Han actuado de modo responsable y siempre han intentado colaborar. Yo he notado apoyo.
P: ¿Cómo llegó Fagor a esta situación?
R: Fundamentalmente porque no había liquidez y se agotaron todas las vías de obtener financiación. La única salida era pasar por el concurso.
P: Eso generó mucha tensión en la Corporación Mondragón.
R: En Mondragón y fundamentalmente en Fagor. La pérdida de la cooperativa fundadora se vivió como algo dramático. Ahí se dio una situación de nerviosismo general por la trascendencia del cierre.
P: Hasta el punto de que el presidente de MCC, Txema Gisasola, decidiera dejar su cargo.
R: Fue un momento crítico. Que Fagor dejase de estar en el mercado y desapareciese como cooperativa generó mucha tensión y nerviosismo en el grupo. Pero eso es pasado y ahora toca ser positivos. Mirar hacia atrás solo puede servir para aprender.
P: ¿Entendió la dimisión de Gisasola?
R: La respeto. Si tomó esa decisión, estuvo bien tomada.
P: ¿Qué efectos tiene la caída de Fagor en el cooperativismo?
R: Inicialmente se habló que la caída de Fagor iba a arrastrar a todo el movimiento cooperativo, pero es así. Fagor no ha podido seguir adelante porque está en un sector complicado, muy competitivo e internacionalizado, pero en ello no ha influido su condición de cooperativa. Muchos otros sin ser cooperativas cayeron en el sector de los electrodomésticos. Además, conviene recordar que hay muchas cooperativas de éxito, luego las ventajas del movimiento están fuera de toda duda.
P: Se ha abierto un debate interno sobre el cooperativismo.
R: Sí, existe debate, pero sobre todo por la salida de Gisasola. Su marcha ha generado una discusión sobre hacia dónde debe caminar Mondragón y cómo se tiene que constituir. Eso se resolverá pronto.
P: Hay dos corrientes. La línea que defendía Gisasola de reforzar Mondragón frente a la partidaria de dar más autonomía a las cooperativas.
R: Desde que Fagor entró en liquidación, nosotros no participamos en ese debate porque, como fijan los estatutos, dejamos de tomar parte en la comisión permanente. No veo fricciones; hay un debate con opiniones diversas, y es normal que no haya una visión única del futuro.
P: Pero el desenlace tarda.
R: No es un indicativo de que haya mar de fondo.
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