Un ladrón asfixia a una mujer de 90 años en su casa de Cádiz
La policía detiene a un vecino como el supuesto autor de la muerte de la anciana
María Soto, de 90 años, vivía sola en su casa del número 41 de la avenida de San Severiano, en Cádiz. Y su presunto asesino lo sabía. La policía ha detenido a un vecino como el supuesto autor de la muerte de la anciana. Los investigadores creen que, tras forzar la entrada de la casa, le colocó una bolsa en la cabeza para asfixiarla y robarle varias pertenencias personales.
Los testimonios de varios residentes en ese bloque de viviendas y los rastros dejados por el agresor han sido fundamentales para el rápido arresto del presunto homicida. Fue la cuidadora de la nonagenaria la que encontró el cadáver sobre las once de la mañana del martes. El hecho de que la víctima tuviera una bolsa de plástico en la cabeza hizo pensar a la policía que había muerto asfixiada.
Que la entrada a la vivienda hubiera sido forzada y el testimonio de varios vecinos apuntaron hacia un hombre de 59 años, que, finalmente fue detenido a las tres de la madrugada del miércoles. Los testigos han declarado que el supuesto agresor es conocido por estar relacionado con la droga y que ese pudo ser el móvil del crimen.
La policía sostiene que el detenido conocía a María por ser vecinos y que, de ese modo, él sabía que era fácil acceder a la casa de la víctima y reducirla. Lo que todavía no ha sido aclarado es si la anciana fue asesinada tras sorprender al asaltante o si el agresor actuó contra ella desde el principio. Tampoco se ha descartado que más personas pudieran haber participado en el robo.
No es la primera vez que un suceso similar ocurre en esta zona de la capital gaditana, marcada por el elevado paro, la pobreza y el menudeo de drogas. Hace cuatro años, Mercedes Tello, de 56 años, fue también asesinada a cuchilladas en el vecino barrio de Guillén Moreno. El autor del asesinato fue un joven, vecino del barrio, que había entrado en su casa a robar. El criminal fue condenado hace dos años a 24 años de reclusión.
“Hace falta más presencia policial” en la zona, comentaba Antonia, una de las inquilinas del edificio contiguo al lugar donde se produjo el crimen. “Hay que mirar más por la mirilla. Si te fías, abres. Si ves mala pinta al que llama a tu casa, lo mejor es no abrir”, resolvía Rafael, otro vecino de la zona. El juzgado de guardia debe tomar declaración al detenido este jueves. Será entonces cuando se decida si queda en libertad o ingresa en prisión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.