La última función de Álex Angulo
Actores, músicos y el público bilbaíno rinden homenaje al intérprete fallecido el domingo
Han desaparecido las butacas y el público, sentado sobre una tarima, se fundió con el improvisado escenario del Teatro Campos Elíseos, donde el actor Álex Angulo (Erandio, 1953), fallecido el pasado domingo en un accidente de tráfico cerca de la localidad riojana de Fuenmayor, pretendía estrenar después de verano su próxima obra. "No hay escenario, ni toca que unos sean público y otros artistas", avisaba el maestro de ceremonias Santiago Burutxaga al comienzo del sentido homenaje al intérprete este miércoles.
Su amiga y actriz Loli Astoreka, un emocionado Álex de la Iglesia, Elena Irureta, Aitor Mazo, su familia y muchos de los compañeros de la compañía teatral Karraka se han mezclado con el público bilbaíno que ha llenado la sala para compartir, también, un emocionado recuerdo del actor que lo hizo todo en la escena vasca.
"Angulo, Barea al aparato. No hay billetes. Pasamos la gorra y hacemos el mes". El actor y director Ramón Barea ha querido tener una última conversación con su inseparable amigo y recordar, además de Karraka, sus 11 años de aventuras de teatro por los pueblos, "de carga y descarga de furgoneta", con Cómicos de la Legua. "Cuando teníamos veinte años... y la vida por delante, cuando nadie creía en nosotros y nos enamorábamos de las mismas novias".
Las música en euskera de Gontzal Mendibil y el blues de Jimmy Barnatán — que conoció a Angulo con 11 años en El peor programa de la semana— se mezclaron con la poesía de Bernardo Atxaga en boca de Ane Gabarain —otra veterana de Karraka—, la danza de Asier Zabaleta y anécdotas como la de César Sarachu, que ha recordado su año junto a Angulo en la escuela de payasos de Jacques Lecoq en París. "Era el mejor payaso", aseguró. "En la última clase nos dieron una frase en un sobre para que improvisáramos", contaba, "y Álex invitó a los 35 en la clase a salir a escena con él en una especie de danza de carnaval. Lecoq lo calificó de tributo a los compañeros". Eso definía para él al actor con el que compartió tantos escenarios. Incluso su hija, Dodó, se atrevió a leer, para poner fin a la velada, el poema 'Mientras dormías' junto a la actriz Esther Velasco.
También estuvieron presentes en el acto el director Gaizka Urresti, responsable de su última (e inacabada) película Bendita Calamidad, el cineasta Pedro Olea, el actor Ramón Ibarra, y políticos como el alcalde de Bilbao, Ibon Areso, el portavoz del PSE en Bilbao, Alfonso Gil, e Idoia Mendia, candidata a secretaria general de los socialistas vascos.
En lo alto, una imagen del protagonista de El día de la Bestia (Álex de la Iglesia, 1995) se despedía con la mano. "Hasta este acto sencillo hubiera sido excesivo, inmerecido e innecesario a su parecer", avisaba Burutxaga. "Que nos quiten lo bailao... Angulo, déjalo, que ya recogemos nosotros", despedía Barea.
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