El turista medio es andaluz o catalán, se queda solo dos días y gasta poco

Madrid batió en junio su récord histórico de viajeros. Pero se debió fundamentalmente al auge de visitantes de otras ciudades españolas, puesto que la llegada de extranjeros sigue estancada. Pese a que es, tras Aragón, la región en la que más han caído los precios en los últimos seis años, la ocupación hotelera en la ciudad es muy inferior a otros puntos turísticos, y particularmente a Barcelona.

La capital arrastra otra marca negativa: las visitas que recibe duran menos de dos días (1,95), por debajo también de otros puntos turísticos y de la estancia media en Barcelona (2,55), según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Más español que extranjero. Las cifras de junio revelan dos tipos de polos de atracción turística: los lugares que gustan a los extranjeros, y los preferidos por los españoles. Entre los primeros, destacan fundamentalmente las islas: a Mallorca, por ejemplo, llegaron ese mes 935.048 foráneos y 64.306 españoles. En Ibiza fueron 219.475 frente a 47.510. Barcelona se encuadra en esta categoría, con 539.425 visitantes extranjeros y 123.846 nacionales. En el extremo contrario están, por ejemplo, la costa de Tarragona o Cádiz, y Benidorm (Alicante).

En Madrid, el turismo nacional también superó al foráneo en junio: 377.418 frente a 366.544. La llegada de viajeros de otras regiones a la capital fue la más alta de la última década para ese mes. La cifra de extranjeros denotó por el contrario un estancamiento que dura ya tres años.

Un semestre récord. La cifra de viajeros llegados a Madrid en el primer semestre del año fue la más alta de la última década, superior en un 10% a la del desastroso 2013 y en un 2% a la de 2012.

Lo fue gracias a los turistas nacionales (2.126.201), puesto que los extranjeros (1.942.920) mejoraron respecto al año pasado pero se mantienen al mismo nivel que en 2012 y por debajo de 2011.

El turismo nacional proviene fundamentalmente de Andalucía y Cataluña (suman el 30,2%) y de otras localidades de la Comunidad de Madrid (22,9%).

Los extranjeros llegan fundamentalmente de Estados Unidos (17,8%), Reino Unido (8,4%) e Italia (6%). El 24% de estadounidenses que viajaron en junio a España, vinieron a Madrid. En proporción, los británicos o alemanes fueron solo el 3%, los rusos el 5% y los japoneses el 15%.

Más plazas, menos personal. Las pernoctaciones registraron también un récord histórico para el mes de junio (1.448.696). Sin embargo, la tasa de ocupación hotelera fue inferior a la de otros polos turísticos. Por plazas, fue del 59%, frente al 73% de Barcelona. Por habitaciones, fue del 71%, frente al 80% de Barcelona.

Madrid tiene 862 establecimientos con 81.205 plazas, que dan trabajo a 11.227 personas (una por cada siete plazas). Barcelona tiene 588 establecimientos con 72.996 plazas y 12.157 empleados (uno por cada seis plazas).

El grado de ocupación en Madrid es, en cualquier caso, el más alto desde 2011. El número de plazas hoteleras ha crecido en la capital un 16% desde 2006; sin embargo, la cifra de trabajadores ha caído un 8% en ese periodo.

Y todo ello pese a que el precio de los hoteles en Madrid era en junio un 25% inferior al de 2008. Se trata de la mayor caída de precios de todo el país después de Aragón (37,5%). En Cataluña han bajado menos de un 5% en ese periodo. En Canarias y Baleares, han subido alrededor del 5%.

Poco gasto en compras. “El gasto turístico en compras ha descendido en los últimos años, hasta el punto de que, en la actualidad, los visitantes apenas suponen ingresos reseñables para el comercio madrileño”, opina Hilario Alfaro. El presidente de la Confederación de Comercio de Madrid critica la falta de “una política de promoción de la capital seria y profesional en países emergentes” y en turismo de calidad, el que más ingresos acarrea.

El gasto medio por transacción de un turista estadounidense en 2012 era de 292 euros por alojamiento y 83 euros por compras. En el caso de un británico, de 247 y 65 euros, respectivamente. Contrasta con los rusos, que se dejaron 208 euros en alojamiento y 200 en compras, o los japoneses, con 248 euros en alojamiento y 408 en compras, según un estudio del Ayuntamiento y el BBVA.