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Denunciada por otro de sus locales

Un empresario acusa a Candelas de falsificación de firma y suplantación de identidad al pedir una licencia municipal

Otro de los negocios de hostelería de María Josefa Caldelas, exparlamentaria autonómica y esposa de Baltar, la llevarán a los tribunales. El empresario Carlos Piñeiro la ha denunciado por falsificación de firma y suplantación de identidad en la petición de licencia municipal de los veladores —mesas que ocupan la vía pública— de un bar de copas ubicado en el casco histórico ourensano que Piñeiro le traspasó a la exdiputada en 2008 y por cuyo impago a partir de 2009 le han embargado a él la cuenta. El expropietario del pub Mezcla (reconvertido en bar Seven por Caldelas) presenta como prueba una firma que asegura que acreditará judicialmente que no es suya y con la que, en su nombre, el 23 de marzo de 2009 alguien hizo una solicitud municipal para instalar 10 veladores en el bar Seven, entonces ya propiedad de Caldelas. La abogada de Caldelas, la edil del PP Carmen Carballo, sostiene que su clienta acreditará que la firma tampoco es suya. “Es totalmente inocente; lo demostraremos con el análisis de un perito calígrafo”, sostiene Carballo.

Caldelas tenía que haber comparecido ante la justicia para responder por esta demanda el pasado día 3, el mismo día que su suegro, el exbarón del PP José Luis Baltar, se sentaba en el banquillo. La declaración se pospuso para el día 4 pero fue aplazada una vez más hasta septiembre por coincidir con el pleno del Ayuntamiento al que tuvo que asistir la abogada de la denunciada.

En la documentación que aporta Piñeiro en su denuncia consta que Caldelas recogió la notificación municipal correspondiente, al menos, al impago de 2009. “Mientras el pub fue mío, todo estuvo al día y ahora, con un bebé en camino, me encuentro en una lista de morosos, con el embargo de la cuenta y haciendo frente al pago de 2.000 euros correspondientes a dos anualidades (2009 y 2010), por el impago de una licencia para un local que no era mío”, expone el denunciante. Cuando le embargaron la cuenta y tras intentar “arreglarlo, sin éxito” con Caldelas, el empresario registró un escrito en el Ayuntamiento pidiendo que se procediera al alzamiento del embargo con reintegro de lo cobrado y que se notificara ese expediente a la titular del local en la fecha de solicitud de los veladores. No surtió efecto.

Se siente atenazado: “Yo no puedo dar de baja esa licencia porque no la solicité: ya no era titular del negocio”, explica el denunciante y corrobora la concejala del BNG Susana García que solicitó en el Ayuntamiento el expediente de la licencia de los veladores en el que sostiene que “queda acreditada por completo la denuncia” del afectado.

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