Los Mossos investigan la muerte de una anciana en Ciutat Vella
La puerta del piso de la víctima, que presentaba varios golpes, no estaba forzada
Hacía casi 24 horas que el hijo y la nuera de Margarita no sabían nada de ella. Llamaban y no contestaba al teléfono, algo inusual, así que al final optaron por acercarse a su casa, en el número 5 de la calle de Sant Pere Mitjà, en el distrito barcelonés de Ciutat Vella. Al ver lo que había ocurrido, la mujer del hijo de Margarita necesitó bajar y pedir agua, una silla y ayuda a los vecinos. La anciana estaba muerta en su casa, y tenía varios golpes, según relató la nuera. La puerta del piso además no estaba forzada, y tenía las llaves puestas aún, según fuentes policiales.
Los familiares de la octogenaria se dieron cuenta de la muerte pasadas las diez de la noche del miércoles, cuando avisaron a los Mossos d’Esquadra. Margarita, de 87 años, llevaba toda la vida en el barrio. Además del hijo que la encontró, tenía otra hija que según los vecinos vivía unas calles por encima. Aunque la mujer no está pasando un buen momento por lo que no podía ocuparse en exceso de su madre, según explicaron.
Margarita era una mujer delicada de salud, con algunos problemas de movilidad. “Caminaba muy lentamente e incluso le costaba hablar. Era muy discreta”, contaron este jueves los vecinos. Según Pilar, una mujer que vive justo en el inmueble de enfrente de Margarita, contó que la octogenaria vivía sola, pero que su hijo la visitaba con frecuencia. Sobre su hija, explicó que estaba algo deprimida, por lo que no salía en exceso, y la madre la ayudaba en todo.
La víctima vivía además en una zona muy popular de Barcelona, cerca del Palau de la Música, donde abundan los turistas y los apartamentos dedicados a ellos, lo que se traduce también en más tirones y robos que en otros lugares de la ciudad.
A la una de la tarde de este jueves, la policía catalana continuaba en el piso recogiendo huellas y muestras que puedan servir para dar con el autor o autora del crimen. El piso estaba revuelto, según fuentes policiales, aunque no ha trascendido si faltaba algún objeto de valor. Las primeras hipótesis apuntan a que la víctima y su verdugo podrían conocerse, aunque no se descarta que alguien pudiese enredar a la anciana y convencerla para que abriese la puerta.
De hecho, la policía catalana detuvo el pasado 1 de julio a un hombre de 31 años, de origen argentino, que atracó y agredió a ocho mujeres de edad avanzada. Vestido como si fuese revisor del gas, engañaba a sus víctimas para que le abriesen. Una vez en el piso, y tras cerciorarse de que estaban sola, las maniataba y robaba joyas y objetos de valor de la vivienda.
En ocho meses, al menos cuatro ancianas han muerto en sus casas, de manera violenta. La primera fue una octogenaria, hallada muerta el pasado 11 de diciembre en su piso, también en Barcelona, en la avenida de Paral.lel. Los Mossos detuvieron a dos vecinos de la misma escalera, que vivían un piso por encima. Ambos además trabajaban limpiando en el inmueble, e incluso uno de ellos llegó a hacer declaraciones a los medios, mostrando su consternación por un crimen que presuntamente cometió él.
Poco después, el 5 de enero, otra anciana falleció, también en Barcelona, en el barrio de Sant Gervasi, después de que la atracasen en su domicilio. Los ladrones entraron supuestamente por una claraboya y amordazaron a la mujer, pero cuando se percataron de que no respiraba, huyeron sin tocar la caja fuerte. Tres días después, pero en esta ocasión en Sampedor, fue detenido un hombre acusado de la muerte de una octogenaria a la que robó.
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