La esperanza viste de arcoíris
El embajador de EE UU aplaude el Programa de Atención a Homosexuales y Transexuales de la Comunidad
Carlos, que prefiere no dar más datos personales para proteger su intimidad, sufrió acoso escolar con 16 años porque le gustaban los hombres y no las mujeres. Así de simple. Así de cruel. Sus compañeros, con el beneplácito de los profesores, no querían cambiarse a su lado cuando tocaba gimnasia. Ángeles, que está casada con otra mujer con la que tiene una hija, no tiene la menor relación con sus suegros, que no aceptan su vínculo. La participación en el Orgullo Gay, en la carroza que abre el desfile e integran distintas familias —los niños dedica semanas a preparar todo tipo de parafernalia para disfrutar de la fiesta—, es el momento más esperado del año. “Nuestros sanfermines”, sonríe. A su lado, Juan cuenta que estuvo casado 26 años y tuvo dos hijos antes de salir del armario oficialmente. Alberto, de 21 años que parecen menos, ha sufrido acoso psicológico en el entorno familiar...
Estamos en el siglo XXI y un piso discretísimo en el centro de Madrid. En el corazón de uno de los países más avanzados en la defensa de los derechos de gais, lesbianas, transexuales o bisexuales (LGTB). Sin embargo, sus historias de rechazo suenan a otro tiempo y lugares como Arabia Saudí o Sudán donde la homosexualidad —perseguida en más de 85 países— es penada con la muerte. En Uganda, donde iban por el mismo camino, el Gobierno acaba de regular las relaciones entre personas del mismo sexo con la cadena perpetua. “En las ciudades se aprecia menos que en los ambientes rurales, pero en España sigue habiendo una discriminación sutil”, sentencia Juan. El resto asiente la cabeza.
Aquí, en lo alto de una escalera interminable ideal contra las indiscreciones, el Programa de Atención e Información a Homosexuales y Transexuales de la Comunidad de Madrid (PIAHT) les da reposo, consejos y consuelo en función de sus necesidades. Desde su apertura en 2002, el centro se ha convertido en un referente internacional para el colectivo LGTB. Hasta el punto de que el Consejo de Europa le acaba de reconocer por el trabajo que desarrolla frente a los prejuicios y a favor de la integración de cientos de miles de personas que, pese a los avances sociales y legales, afrontan cada día por su orientación sexual.
El embajador de Estados Unidos, James Costos, exdirectivo de HBO y gay, ha elegido la celebración del Orgullo en Madrid –en el resto del mundo se realiza una semana antes; en 2017 será la capital mundial-, para visitar el centro y reforzar su trabajo con su presencia. Acompañado por el presidente de la Comunidad, Ignacio González, Costos ha destacado la labor de Obama en la defensa de los derechos humanos de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales. “El día que recibí una llamada del presidente para pedirme que sirviera como embajador en España, fue un honor. Mi nominación, junto con la de otros cuatro embajadores gais que actualmente representan a Estados Unidos, decía al mundo que Estados Unidos estaba comprometido con la defensa de la plena igualdad para la comunidad LGTB”. En la actualidad las personas del mismo sexo pueden casarse en 17 estados del país más el distrito de Columbia.
Desde su puesta en marcha en 2002 el PIAHT ha atendido a más de 10.000 personas en más de 60.000 visitas tratadas con profesionales (psicólogos, orientadores familiares, abogados…). De ellas, 104 eran inmigrantes, sobre todo del África subsahariana, donde la homosexualidad es perseguida en muchos Estados. El apoyo y atención a madres y padres en la aceptación sexual de sus hijos es uno de los servicios más sobresalientes del programa.
“Somos pioneros en España, en ninguna otra comunidad autónoma cuentan con un programa tan completo, gratuito y confidencial”, destaca Manuel Ródenas, el director y fundador del PIAHT. La Asociación Americana de Abogados LGTB reconoció su labor con el premio al mejor abogado LGTB de 2012 por su lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género. Ródenas resalta que, al revés de lo que suele ocurrir, la financiación es 100% pública. El Gobierno regional aporta al presupuesto unos 250.000 euros anuales, lo que permite al PIAHT dar servicio 12 horas, de las nueve de la mañana a las nueve de la noche. “En los 12 años que han pasado desde que se puso en marcha se ha convertido en un servicio de referencia internacional”, ha valorado González. El dirigente popular ha subrayado la “importancia” de sus áreas de apoyo psicológico y legal, entre otros, a la hora de abordar “situaciones con mucha incomprensión por parte de la sociedad”.
Durante la visita Costos se ha mostrado “realmente impresionado” por los “equipos multidisciplinares y la variedad de servicios” que se ofrecen al colectivo LGTB y sus familias, desde servicios sociales y psicológicos a asistencia jurídica, formación y sensibilización. “En este tiempo se han formado a un millar de profesionales de todos los campos, como psicólogos, policías…”, dice Ródenas con orgullo.
Pero aún queda mucho por hacer. “Las palabras mal empleadas, expresiones habituales como que alguien, mientras ve un partido, insulte a un futbolista llamándole maricón, así, como si fuera algo normal, hacen muchísimo daño”, lamenta Mathew Gabriel Vitoria, un pasante de Derecho de la Universidad de Pensilvania. "Hace cinco años se sentía la homofobia en la calle. Se palpaba.... Pero yo, que vengo de Argentina y estuve unos años en Italia, me siento seguro acá. Hay una legislación. Queda por hacer, sí, pero me siento protegido", señala Damián Ricciardi.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.