Moliner celebra el “consenso político” en la Diputación tras el fin de la ‘era Fabra’

Este lunes se cumplen tres años desde que Carlos Fabra abandonó la presidencia de la Diputación de Castellón y su sucesor, Javier Moliner, ha hecho hoy balance de sus tres años de mandato en los que ha destacado la recuperación del consenso político en los grandes temas. En su discurso de toma de posesión ya dejó claro que sus modos con la oposición iban a ser muy diferentes de los de su predecesor. Entonces habló de concordia y tolerancia y abrazó a los portavoces de la oposición. Este lunes ha citado la recuperación del respeto político en el día a día de la corporación.

“Hemos sido capaces de introducir el consenso político para los grandes temas”, ha dicho Moliner en una comparecencia fijada para hablar de estos tres años. Más adelante volvió a hablar de la “búsqueda del consenso político” como uno de sus objetivos primordiales y recordó que hasta los presupuestos anuales fueron apoyados por Compromís. “Es una buena muestra de que hemos intentado generar un proyecto en el que todas las opiniones tengan cabida”, ha manifestado.

Moliner también ha apuntado que cuando llegó a la presidencia de la Diputación sabía que “no eran tiempos de grandes cifras ni de grandes obras” y recordó que al año de hacerse con las riendas de la institución ya logró reducir la deuda dejada por Carlos Fabra. La Diputación redujo en 37 millones el endeudamiento en un año y medio.

A las diferencias en el trato se suman las acciones encaminadas a borrar la huella de Fabra. Moliner ha acabado con eventos como el Masters de Golf y la controvertida corrida de la Beneficencia, ha finiquitado la empresa pública Vicasdi (una inmobiliaria) y ha relegado a los hombres de confianza de su antecesor durante este tiempo y prescindido de históricos asesores.

El también presidente del PP de Castellón ha anunciado la celebración, por primera vez, de un debate sobre el estado de la provincia (será el jueves 3 de julio) No habló de las polémicas que han salpicado su mandato como el escándalo de la depuradora de Borriol (hoy ha anunciado dará vía libre al proyecto la semana próxima) y la investigación abierta por la corrida de la beneficencia que impulsó Fabra.

Para la oposición, las buenas formas no bastan. “Puede que hayan mejorado algo las formas en las sesiones plenarias, pero en algo tan fundamental como que sea capaz de elevar la voz de los municipios y reclamar contundentemente la deuda que Fabra (Alberto) tiene con la provincia y la diputación, eso no ha mejorado en absoluto”, dijo el portavoz socialista, Francesc Colomer, quien dijo que Moliner no ha abandonado el “sectarismo” ni las “decisiones arbitrarias”. La deuda de la Generalitat con la corporación asciende a 17 millones.