La Academia acusa a Feijóo de tolerar una “deriva desfavorable al gallego”
La entidad dice que la Xunta viola su propia norma al ignorar los desequilibrios
El estudio que revela que solo 21 colegios de las siete ciudades gallegas admiten usar el gallego en las clases de Educación Infantil ha hecho saltar las alarmas en la Real Academia Galega sobre el impacto de las restricciones impuestas en las aulas al idioma propio de Galicia por el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo. La comisión ejecutiva de la institución aprobó el pasado miércoles, un día después de conocerse el informe elaborado por A Mesa pola Normalización Lingüística, un llamamiento en el que acusa a la Xunta de permitir “una deriva claramente desfavorable al gallego en el sistema educativo”. Según los académicos encabezados por Xesús Alonso Montero, la Consellería de Educación ni siquiera está cumpliendo con los controles establecidos en su propia normativa para evitar desequilibros entre las dos lenguas oficiales.
La Academia no cita expresamente los preocupantes datos del informe de A Mesa pero alude a “diversas señales que apuntan a un progresivo deterioro de la situación del idioma propio del país en el sistema educativo”. La institución exige a la Consellería de Educación que realice todas las evaluaciones a las que obliga el decreto aprobado en 2010. Esta norma, impulsada por el PP para retirarle al gallego la discriminación positiva en las escuelas que le había otorgado el bipartito, establece que la Xunta debe elaborar cada año a final de curso un estudio sobre los resultados de aplicación del decreto, con el fin de comprobar que la enseñanza está siendo efectivamente “plurilingüe”. Además la Administración educativa debe controlar los proyectos lingüísticos de cada centro e introducir medidas en caso de que se compruebe que los pequeños no están adquiriendo las mismas competencias en gallego y castellano.
A tenor del estudio de A Mesa —única referencia teniendo en cuenta que la Xunta oculta sus datos—, en las ciudades, el idioma propio de Galicia está desapareciendo de las aulas de los críos de entre tres y seis años. En esta etapa de Educación Infantil, el decreto del PP suprimió el mínimo de un 50% de las clases que había establecido el Gobierno de Emilio Pérez Touriño. Según la encuesta realizada por A Mesa en los 289 colegios urbanos, menos de un 3% de los centros informan de que su alumnos de Infantil reciben un porcentaje de lecciones en gallego.
Cuatro años después de que el Gobierno de Feijóo le diera luz verde a su modelo lingüístico, la Academia insta a que se ejecuten estas evaluaciones obligadas por ley y se hagan públicos sus resultados. Educación lleva años negando a la oposición y a la prensa no solo esos datos oficiales sino también los resultados de las consultas que hace a los padres al inicio de cada curso sobre la lengua materna, una encuesta que marca luego en qué idioma se expresará el profesor. Los portavoces de la consellería se limitan a afirmar que el departamento que dirige Jesús Vázquez recibe información de todos los centros escolares sobre el cumplimento del decreto y que este se está aplicando “con total normalidad e sin que cause ningún tipo de conflicto”. Y alega que oculta los datos porque la ley no le obliga a publicarlos. La consellería endosó además el pasado martes a los docentes la responsabilidad de vigilar el equilibrio lingüístico.
La Real Academia Galega pone en duda la palabra de Educación e insta a la consellería a tomar medidas para “asegurar que se cumplen los objetivos marcados en la Lei de Nomalización Lingüística”, que considera el sistema educativo como “una agencia de normalización de la lengua gallega, no de desgalleguización”.
El pronunciamiento hecho público ayer por la Academia supone un giro en las relaciones entre la actual directiva de la institución y el Gobierno del PP. Hace tan solo un mes, el presidente de la RAG, el escritor Xesús Alonso Montero, presumía en una entrevista de su sintonía con la Xunta de Feijóo. Alonso Montero decía llevarse “muy bien” con “todas las autoridades de la Xunta” y llamaba “amigo” al conselleiro de Educación, Jesús Vázquez. Entonces el máximo responsable de la Academia hacía una lectura optimista del futuro del idioma propio de Galicia.
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