El libro invisible
Una obra de Xosé Luís de Dios y Manuel Rivas lleva desde 2008 oculta
Quería que fuese el último legado a la ciudad en la que nació y a la que estuvo ligado artísticamente. Xosé Luís de Dios, uno de aquellos vanguardistas del grupo Volter, por el bar de Ourense en el que se reunían, y a los que Vicente Risco llamaban os artistiñas, creó una serie de pinturas que tomaron forma de libro, con unos poemas de su amigo Manuel Rivas. El libro Herbas de cego, una primorosa edición de 500 ejemplares numerados, fue editado por el Ayuntamiento de Ourense como regalo protocolario. Figura como salido de la imprenta en diciembre de 2008, pero ese fue el único viaje que hizo. Herbas de cego desde entonces “bajo custodia” en dependencias del Ayuntamiento, en concreto en el Museo Municipal. De Dios falleció en agosto de 2010 sin llegar a verlo.
“A mí me llamó Xosé Luís, que ya estaba enfermo, para decirme que había dedicado sus últimas energías a un libro, a un cuaderno de arte, y que quería que yo, en vez de ponerle ‘pies de foto’ a sus pinturas, hiciese unos poemas inspirados en ellas”, recuerda Manuel Rivas. “Se hizo el libro, en el tiempo acordado, pero no se hace ninguna presentación pública. Lo vimos vía undergorund, para mirar las pruebas. Y desde entonces no hay comunicación oficial alguna. Xosé Luís estaba muy pesaroso, ‘te metí en este lío’, me decía”.
“Se disgustó mucho, porque el libro lo había hecho con todo el interés y se sentía responsable de haber embarcado a Manolo”, concuerda la viuda del pintor, Esther Casal, que también confirma que el libro nunca se presentó oficiosa u oficialmente. “Nunca dieron explicación alguna, pero Xosé Luís era muy reservado para ciertas cuestiones, siempre fue poco dado a reclamar porque le parecía que había que cumplir con lo acordado. Nunca fue allí a decir ‘¿Qué pasa con el libro?’”, se lamenta la viuda. Otro que no llegó a verlo es, curiosamente, quien figura en los créditos como su responsable, el entonces teniente de alcalde, el nacionalista Alexandre Sánchez Vidal.
“Me presentó el proyecto un amigo común, Miguel de Reza, y me pareció muy bien como un excelente regalo protocolario para visitantes ilustres” asegura Sánchez Vidal, que se sorprende cuando oye que la edición sigue, prácticamente incólume, en las dependencias municipales. “Suponía que se estaba utilizando y que debería estar agotada, aunque el libro estuviese concebido para ser dado con un criterio restrictivo, dado su valor”. El entonces teniente de alcalde no estaba para protocolos porque en su formación política, el BNG, se gestaban las disensiones que acabarían con la implosión en tres partes, dos años después. Y sobre todo porque, un par de meses después de la publicación del libro, dimitió al ser imputado en una causa en la que después salió absuelto. “Si es cierto, me parece muy triste que se haya tratado así el legado de Xosé Luís de Dios”.
Sánchez Vidal había sido sustituido por su compañera de candidatura –aunque no de tendencia- Isabel Pérez. La actual responsable de Cultura, la socialista Ana Garrido, por boca de un portavoz municipal, niega que Herbas de cego esté “secuestrado”. “Se tardó en pagar, pero se pagó. Está bajo custodia en el Museo, pero no está parado. Se llevan dando desde hace más de un año, desde el Festival de Cine de la edición pasada, que es un excelente escaparate, y es uno de los más exquisitos regalos del Concello de Ourense”, señala, al tiempo que apunta que se le han facilitado al coautor, Manuel Rivas, tres ejemplares.
“Yo había hecho un acto voluntario de olvido, había arrumbado el libro en el desván, hasta que leí en el Faro de Vigo un trabajo muy elogioso sobre él. Llamé al ayuntamiento y me dijeron que estaba ‘bajo custodia’, como si hubiese cometido algún delito o hubiese que protegerlo”, relata el escritor cómo logró que le enviasen los ejemplares. Rivas supone que el ostracismo del libro está originado por diferencias entre el gobierno municipal o rivalidades políticas, pero en agosto es el aniversario de la muerte de Xosé Luís de Dios y deberían hacerle un homenaje presentando el libro en condiciones en el Concello. “Como decía Vasili Grossman en su carta al comité central del Partido Comunista de la Unión Soviética: me pongo a su disposición, pero dejen en libertad a mi libro”.
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