El incendio forestal de la sierra de Tivissa quema sin control
El fuego lleva más de 400 hectáreas arrasadas en un paraje inaccesible
El incendio forestal que se desencadenó el domingo por la tarde en la Mola de Bellerils y Les Marrades, en la sierra de Tivissa (Ribera d'Ebre) continuó ayer descontrolado. Al cierre de esta edición, las llamas habían arrasado ya más de 400 hectáreas de vegetación, según las estimaciones provisionales de los Agentes Rurales.
El fuego, posiblemente iniciado tras la caída de un rayo, se agravó por la tarde al virar el viento y penetrar la marinada, viento de levante. Ante esta situación los Mossos d'Esquadra decidieron desalojar preventivamente seis masías alejadas del perímetro del fuego. En total, desde el domingo fueron desalojadas una veintena de personas, algunas residentes en viviendas construidas ilegalmente, según diversas fuentes.
Ramón Parés, director de Extinción, Prevención de Incendios, calificó el fuego de “difícil”, con características “extraordinarias” y “no habituales”. El motivo es que la zona afectada, de un gran interés natural, es de muy difícil acceso. Tanto es así que más de un 90% de la superficie en llamas es inaccesible para los medios terrestres, algo que condicionó y dificultó enormemente durante la jornada de ayer las labores de extinción. En muchas ocasiones los bomberos tuvieron que ser transportados en helicóptero. Por estas adversidades, Parés auguró que el perímetro afectado podría extenderse hasta las 600 hectáreas. “El perímetro que hemos establecido como objetivo para estabilizar el fuego estaría en unas 600 hectáreas, que es lo que intentaremos controlar, que el fuego no se escape de esta cifra", explicó Parés.
Las llamas afectan de lleno al Espacio de Interés Natural de las Montañas de Tivissa-Vandellòs. El alcalde de Tivissa, Jordi Jardí, recordó ayer la existencia en la zona de fauna protegida rodeada básicamente por pino blanco.
Durante la jornada de ayer trabajaron una treintena de medios terrestres de los bomberos, entre ellos unidades Grupo de Actuaciones Forestales (GRAF), el grupo de élite de los bomberos, y 16 medios aéreos. El dispositivo aéreo estuvo formado por ocho helicópteros y cuatro aviones de vigilancia y ataque. El Ministerio de Agricultura cedió dos aviones anfibios además de dos helicópteros. Todos los medios trabajaron intensamente en las zonas con más potencial de quemar y con unidades helitransportadas. En especial, se establecieron dos puntos de emplazamiento de vehículos con línea de agua. Uno en la cabeza del incendio, situada en la zona de Frides, y otro en la cola, fijada en el Mas de la Toa. En la cola, el personal trabajó con herramientas manuales recibiendo el apoyo de descargas de los medios aéreos.
Los bomberos instalaron el centro de operaciones en l'Ametlla de Mar (Baix Ebre). Jardí recordó que en la década de los 60 un fuego arrasó en la misma zona miles de hectáreas. “La orografía es absolutamente inaccesible con medios terrestres, dependemos exclusivamente de los aéreos”, se lamentó el alcalde de Tivissa.
En la memoria colectiva permanece el recuerdo del trágico incendio ocurrido en verano de 2009 en Horta de Sant Joan (Terra Alta), en el que murieron cinco bomberos: En Tivissa, el domingo por la noche el fuego generó focos secundarios fuera de perímetro. Durante la madrugada se esperaba viento y los bomberos no habían podido cerrar el perímetro, por lo que decidieron retirar los efectivos desplegados en las zonas más conflictivas para garantizar su seguridad del personal del dispositivo de extinción.
La Dirección de Protección Civil de la Generalitat activó en fase de alerta el plan especial de emergencias por incendios forestales de Cataluña, el Infocat. Parés aventuró un verano muy complejo. “Esta será una campaña forestal de un riesgo importante. La prueba la tenemos en este fuego”, concluyó.
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