La imputación del alcalde bloquea el desarrollo urbanístico de Barbadás

Cuando en julio de 2013 el alcalde de Barbadás y número dos del PP ourensano, José Manuel Freire Couto, votó junto con su teniente de alcalde, Manuel García, a favor de aumentar la edificabilidad de un área de reparto municipal (AR10) en la que ambos tenían propiedades a través de familiares directos, pusieron en jaque la solvencia económica del Ayuntamiento. Un año después de aquella votación, la institución local no puede desarrollar esa parcela (ni viales de acceso a la N-540, ni luz, ni zonas verdes, ni alcantarillado). Inmersos en un procedimiento judicial —tanto Freire como García están imputados por delitos relacionados con la corrupción urbanística a raíz de una denuncia del PSdeG— alcalde y teniente de alcalde no se atreven ahora a someter a votación el desarrollo del AR10. Con la lupa judicial encima, esta vez se sienten obligados a ausentarse del pleno en la votación, con lo que su mayoría (siete concejales frente a los seis que suman socialistas y nacionalistas) es insuficiente.

 Freire, que el año pasado tildó de “patraña” las denuncias judiciales de la oposición que han desembocado en su imputación, acude ahora a esos mismos grupos, PSdeG y BNG, para pedirles que voten a favor del desarrollo de la parcela en la que tiene propiedades para que él pueda ausentarse del pleno y no incurrir en otro posible delito. Le han dicho que no. Socialistas y nacionalistas se niegan a “consumar por él el pelotazo”, pero saben que, hagan lo que hagan, alcalde y teniente de alcalde, que han amasado considerables fortunas personales, “saldrán igualmente favorecidos”.

Freire Couto y Manuel García se mantienen impertérritos al frente de la corporación local de Barbadás por más que la juez que los ha imputado haya encontrado en su investigación “indicios delictivos” en sus conductas urbanísticas y por más que su presencia en el gobierno local bloquee el desarrollo de una de las parcelas más importantes del núcleo urbano de Barbadás, A Valenzá, colindante con la capital ourensana y sede del centro comercial más grande de la provincia. La oposición sostiene que “el apego al cargo” de alcalde y teniente de alcalde no solo frena el desarrollo urbanístico de ese polígono urbano: algunos particulares a quienes el Ayuntamiento permutó, a partir de 2004, sus parcelas en la zona verde próxima al río por terrenos en el AR10 han comenzado a presentar reclamaciones.

En el convenio de permuta Freire se comprometió a compensar económicamente a los vecinos en el caso de que esa área de reparto no se desarrollase en tres años. Y los primeros acuerdos datan de 2004. “Se marcaba, en aquella época, a 150 euros el metro cuadrado y calculamos que puede haber más de 70.000 metros”, cuantifica el portavoz nacionalista, Xosé Manuel Fírvida, la dimensión del coste económico a la que se enfrenta el Ayuntamiento.

En cuanto tuvo conocimiento de la existencia de la primera reclamación (el particular pide 53.550 euros), Fírvida registró una batería de preguntas que aún no le ha contestado el gobierno local. Quiere saber cuántos convenios de permuta en el AR10 firmó el Ayuntamiento y quiénes son los particulares afectados. “Quizás nos llevemos una sorpresa y nos encontremos con que hay alguien del PP o quizás alguna de las empresas que Freire tiene a nombre de sus familiares con propiedades en el AR10; no descartamos nada hasta que nos lo detalle”, expresa el edil del BNG el temor de que “alcalde y teniente de alcalde puedan beneficiarse de la indemnización municipal” en el caso de que no se desarrolle el AR10.

En la denuncia registrada el verano pasado por el PSdeG, después de que Freire y García votaran la modificación de la parcela, se ponían de manifiesto relaciones del regidor con exconcejales del PP, constructores, promotores inmobiliarios “y presuntos testaferros”. A través de una de sus empresas familiares, el alcalde posee 345 metros cuadrados en esa parcela y García es dueño del 4,42% de la finca, con 2.996 metros cuadrados. “El pelotazo, al votar ambos el aumento de la edificabilidad, fue total”, sostienen socialistas y nacionalistas.

El BNG teme ahora “un nuevo pelotazo”. “¿Cuánto nos costará a los vecinos esta operación interminable?”, se pregunta Fírvida convencido de que Freire “mantenía paralizado el desarrollo de esta parcela, sin decirnos nada, a la espera de las municipales de mayo”. El portavoz municipal del BNG sostiene que la estrategia del regidor es clara: “Él, enriquecido y tocado políticamente, no se presentará a la reelección, y su sucesor, si gana el PP, podrá aprobar ya entonces sin problema el desarrollo del polígono en el que alcalde, teniente de alcalde y sus constructores amigos tienen propiedades”.

“No sé dónde ven ustedes el pelotazo”, espetó Freire Couto a los dos grupos de oposición cuando en el pleno del año pasado hizo caso omiso a su recomendación de que se abstuviera de votar. “Todo se hizo por el cauce reglamentario”, concluyó el popular, avalado por la autorización de la secretaria municipal —hermana de un exconcejal del PP ourensano— que no vio impedimento alguno.