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Ver la Copa desde la barra

Recorremos los bares que darán cobijo a las aficiones de los rivales de España

Antonio Nieto
El bar "Maloke", en Lavapiés.
El bar "Maloke", en Lavapiés.Carlos Rosillo

El fútbol es el templo de la rivalidad. Un hervidero de pasiones enfrentadas, de dramas banales que se instalan en algún lugar secreto de la mente de los aficionados. Algo que en ocasiones saca lo peor de las personas, —se sabe de jugadas dudosas que estuvieron a punto de dar marcha atrás a varios milenios en la evolución del ser humano—, pero también es un enfrentamiento hermoso. Y una característica sin la que este deporte, como otros tantos, no tendría ese caracter casi religioso es que encuentra en un lugar concreto su particular templo: en el bar.

Los hay de tantos tipos como selecciones: A los seguidores de España les costará encontrar rivalidad en un sitio como el Maloka (Calle de Salitre, 36), refugio de los brasileños de madrid.. La buena energía y la samba reinan en este brasileño de Lavapiés que ansía ver a la Canarinha como campeona de su Mundial. Es una de las selecciones más temidas por España. Podrían cruzarse en octavos de final o ya en el gran partido por el título del próximo 13 de julio, en el estadio de Maracaná.

Rose Maloka es la culpable del ambiente risueño de este pequeño local brasileño que ofrece música en vivo todas las semanas y que tiene uno de los mejores mojitos de Madrid —a 6 euros—. Los partidos irán acompañados de conciertos de samba y comida de agricultura ecológica a precios populares. Cada centímetro del Maloka parece traído de Brasil. Un retrato de Zumbi dos Palmares, un líder guerrero de los esclavos en el siglo XVII, vigila cada movimiento de aquellos que intentan seguir el ritmo de la bossa nova de turno. Desde hace 10 años (el bar tiene ya 15), Rose organiza un homenaje en su honor. Tiene alma de revolucionaria esta brasileña de São Paulo que quiere ver a su país campeón, pero que no esconde sus críticas a la organización del campeonato. “Ellos hacen la Copa de la FIFA, no la del pueblo. El pueblo gana muy poco”, lamenta. Detrás de la barra un cartel pide respeto por los vendedores ambulantes que han sido expulsados  de las zonas cercanas a los estadios.

Antes de esa hipotética final, España debe pasar la fase de grupo, en la que se encontrará con Holanda, Chile y Australia. Suky Castillo, de 54 años, tiene todo preparado para el partido de esta noche (21.00). Es el primer gran día del Mundial para el Cafeeke (Cuchilleros, 3), el pequeño local que regenta esta mexicana que se instaló en Madrid hace ahora 15 años. Y no porque juegue España. Decenas de banderines naranjas decorarán el techo de este bar medio belga medio holandés. Los camareros vestirán los colores de la selección que dirige Louis van Gaal y los comentaristas de las tres o cuatro pantallas de plasma distribuidas en sus dos plantas narrarán las jugadas en holandés.

“Yo eso no me lo voy a poner”, bromea Charlotte van der Akker, camarera de 21 años, detrás de la barra, cuando su jefa le enseña uno de los gorros que tendrá que llevar esta noche. Charlotte nació en Lienden, un pueblo de 6.000 habitantes de la provincia holandesa de Güeldres, pero su acento rondeño revela que ha pasado la mayor parte de su vida en el municipio malagueño. Atiende a los clientes en su idioma, les sirve cerveza Emelisse y les provee de Bitterballen (croquetas de caballo) y Vlammetjes (una especie de rollito de primavera picante), entre otras delicias patrias. En Cafeeke se podrán ver todos los partidos del Mundial y la decoración irá cambiando según juegue Holanda o Bélgica. 

Sander de Kort y Paul Balm son dos de los holandeses que frecuentan el café. En 2010, se quedaron helados con el gol de Iniesta, por lo que esperan vengarse esta noche en lo que será una reedición de la final del último Mundial. “Me acuerdo de los dedos de Casillas que desviaron el gol de Robben”, lamenta Sander. “Si no lo vemos aquí igual vamos a la Holland House”, sugiere Paul.

Holland House es el nombre con el que Ferdi Loskam, de 34 años, y Serge Manni, de 41, bautizaron a los eventos que organizan para los holandeses que residen en Madrid y que ahora se presenta como otro sitio ideal para ver los partidos de España junto con el enemigo. Desde hace seis años organizan fiestas para ver los encuentros de su selección en la Eurocopa y el Mundial, así como la celebración del Día de la Reina, fiesta nacional en los Países Bajos. El evento ha ido cambiando de ubicación con los años y en esta Copa del Mundo lo organizarán en él la terraza del Hotel Silken Puerta América (Avenida de América, 41), donde caben hasta 2.000 personas. “Para que esperar a ser campeones si podemos empezar a celebrarlo en el primer partido”, explica Loskam, que en realidad se dedica al diseño gráfico. Para eso contarán con diez televisores de plasma de 55 pulgadas, un DJ que ofrecerá música holandesa y snacks tradicionales como frikadellen, kroketten, kaassoufles o saté.

Ferdi ya está un poco cansado de que todo el mundo le recuerde la final que encumbró a la selección española, pero admite que no fue tan duro porque todos “tienen algo de español”. De hecho, este año no cree que Holanda llegué más allá de los cuartos de final.

Otro de los rincones internacionales de Madrid está en pleno corazón de Malasaña. Se trata del Free way (Corredera alta de San Pablo, 17), el mismo legendario garito de la Movida para rockers entonces conocido como King Creole. Un lugar al que los australianos, entre otras nacionalidades, buscan un hueco para ver el Mundial y echar un trago de Coopers, auténtica cerveza australiana. Hace 15 años su dueño lo cerró porque se había convertido en un escenario habitual de peleas y reyertas. Ahora lo regenta Patricia López, que junto a la Vía Láctea posee dos de los clásicos del barrio. Sin embargo, fue el actual encargado, Victor Patiño, quien impulsó el ambiente futbolero del local. La pantalla donde se verán todos los partidos del Mundial alumbra las fotos de los Beatles y Elvis que adornan el largo de la barra. “Este bar está casi siempre lleno, pero en los partidos importantes podemos llegar a hacer un 30% más de caja”, detalla Patiño mientras atiende a unos clientes que le preguntan por los distintos tipos de cerveza. Durante los partidos las consumiciones tendrán precios de Happy Hour.

Quizá el hueso más duro para España en la fase de grupos sea Chile. Una cita menos traumática si se ve en uno de los pocos —si no el único— restaurante chileno en Madrid: El regreso de Winnipeg Chile (Ferrer del Río, 30). Con la idea de que el cliente se sienta como en Valparaíso, Gonzalo Boye, de 49 años, tomó las riendas de este restaurante que regentaba una familia que emigró de esta ciudad bohemia y se plantó en Madrid. Por eso, decidieron homenajear con el nombre al barco que arribó a la costa de esta ciudad cargado de republicanos que se vieron obligados a dejar España cuando Franco se hizo con el poder. Habrá ofertas con cada partido. Para hoy: sandwich de churrasco y dos cañas por 10 euros para el encuentro de España y empanada de pino y cerveza por seis para el Chile-Australia, que emitirán justo después.

También encontrará una mezcla internacional quien decida ver los partidos en el Real Café Bernabéu (Concha Espina, 1, puerta 30 del estadio Santiago Bernabéu). Pero no solo eso, sino que podrá disfrutar también de unas vistas de lujo del terreno de juego del Real Madrid a través de una inmensa cristalera. Durante todos los encuentros, media hora antes y una después, se ofertará barra libre (100 euros) o tres consumiciones y dos tapas (25 euros). Para asegurar ambiente en todos los partidos ha llegado a un acuerdo con la Asociación Latinoamericana de Comerciantes y Empresarios para atraer a los hinchas de varias selecciones. Para ver los partidos a lo grande, el Sport Bar del Gran Casino Madrid, en la salida 29 de la autovía A-6 (Madrid-A Coruña), ofrece una grada con capacidad para 50 personas frente a una pantalla gigante sobre un césped artificial rodeada por una simulación de pista de atletismo.

Cuatro televisores y una gran pantalla rodearán a uno de los bares más futboleros del centro de la capital. La Cervecería Deportiva (Costanilla de los Ángeles, 12) es un punto de encuentro obligado para los amantes del balón y la caña. El lisboeta Carlos Jorge puso este bar hace ahora seis años y ya casi se ha convertido en el plató favorito de las televisiones que quieren recoger el ambiente en las calles de Madrid en los partidos importantes.

Una curiosidad: hasta hace un par de años, el Anyway, un pequeño pub de Chamberí, reunía a los fieles seguidores de Jesús Rodríguez, un anglófilo que quiso traer a Madrid la cultura del quiz de los bares de Inglaterra, en los que los clientes participan en un gran trivial. La crisis cerró este bar cuyas paredes vestían las bufandas de cientos de equipos de fútbol, pero el espíritu de este rincón se convirtió en itinerante y visita cada semana un bar de la capital para celebrar este concurso cuyas preguntas Jesús lanza en español e inglés. Hoy parará en el bar La Urbana (Bajos de Argüelles) con un cuestionario especial sobre todo tipo de curiosidades de los mundiales anteriores. El ganador se llevará una camiseta de una selección que, pese a la crisis, será auténtica.

No hay mundial sin televisión

El 23 de abril de 2014, varios sindicatos alemanes emitían un comunicado en el que instaban a las empresas a ser condescendientes con sus trabajadores las mañanas siguientes a los partidos de la Mannschaft en Brasil. "Si es posible, las empresas deberían de retrasar la hora de entrada de sus trabajadores para que así el Mundial sea un verdadero sueño de una noche de verano", comentó el parlamentario Thomas Jarzonbeck secundando la moción sindical. En Reino Unido, un 10% de los trabajadores ya han advertido de que algunos días acudirán tarde a la oficina. Para España. los partidos se juegan entre las seis de la tarde y la medianoche, terminando estos últimos alrededor de las 2.00. El único problema puede llegar este sábado, cuando a las 3.00, en el más tardío de los encuentros que se van a disputar en Brasil, Japón y Costa de Marfil se vean las caras. Considerando que los bares cierran en Madrid alrededor de las 2.30, el horario hasta se antoja sensato. "¿Ligaste anoche?" "Gracias a dios, no, me hubiera perdido a Touré Yayá".

El profesional de estas lides sabe que, además de conciliar su vida profesional y personal con los horarios de los mundiales, debe saber escoger segundo equipo. Es clave. Alrededor de este particular existen varias escuelas de pensamiento: una apuesta por seguir siempre al mismo; otra por cambiar en función de los jugadores titulares; y una última, y algo tramposa, la verdad, aconseja ir variando según avanza el campeonato. Para ayudar en esta complicada elección, se pueden utilizar diversos estudios. Por ejemplo, Oxfam (no es broma) aconseja seguir a Bélgica, la nación con menos desigualdades entre sus ciudadanos. Una institución llamada Movimiento por el Desarrollo del Planeta ha realizado un estudio similar y espera que gane Costa Rica, pues en la ecuación que incluye mujeres en puestos de poder, emisiones de Co2 o gasto militar, es el país mejor parado, de entre los 32 participantes.

Si es usted más de la escuela neoliberal, querrá saber que una institución de solvencia tan contrastada como el Deutsche Bank ha encargado un estudio similar y concluido que va a ser el Mundial de Inglaterra. JP Morgan predijo lo mismo en 2010, y los ingleses cayeron humillados en octavos de final. Pero este año, además, existe un nuevo equipo al que seguir: los millones de brasileños que se manifiestan contra el mundial. Quizás deberían ser el primero de todo el mundo. Cosa de prioridades.

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Sobre la firma

Antonio Nieto
Desde 2018 es redactor de Vídeo de EL PAÍS. Antes, pasó sus primeros cinco años en la sección de Deportes del diario. Es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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