Los socialistas de Castellón no quieren placas de Carlos Fabra
Puig deja en manos de los alcaldes la decisión de imitar al Ayuntamiento de Benlloch
El ejemplo de Benlloch no ha tenido un efecto imitación, de momento. La iniciativa de retirar todas las placas instaladas en el municipio por la inauguración de infraestructuras públicas con nombres de políticos condenados por corrupción u otros delitos ha sido muy bien acogida desde el PSPV-PSOE, pero sin intención, por ahora, de seguir la limpieza en los municipios en los que gobiernan.
El único que ha dado un paso hacia delante ha sido el portavoz de la Diputación y secretario provincial del partido, Francesc Colomer, que ha trasladado el foco de atención de los ayuntamientos hasta la propia corporación provincial. “Es muy correcto lo que ha hecho el alcalde de Benlloch (Ángel Ribés), pero en cada pueblo hay una realidad distinta y habría que ver caso por caso”, dijo tras ser preguntado sobre la posibilidad de instar a los alcaldes socialistas a la retirada de placas. Poco después anunciaba su intención de elevar la exigencia al seno de la Diputación. Ribés defendió la retirada alegando que los políticos condenados no se merecían estar en las calles de la localidad.
El grupo registrará hoy un escrito para pedir que se eliminen “todas las placas, carteles, nombres, títulos, calles, plazas, esculturas u otros elementos conmemorativos en los que figuren los nombres y apellidos de personas condenadas” con el objetivo de reconocer solo a los políticos “honorables” y “sin mancha”. Según explicó Colomer, el borrado de nombres que reclama afectaría a aquellos ubicados en edificios de titularidad de la Diputación y afectaría principalmente a quien ha ocupado el puesto de presidente durante años: Carlos Fabra, condenado a cuatro años de cárcel por fraude fiscal.
Para el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, la medida del regidor de Benlloch es un ejemplo de las nuevas prácticas que, según dijo, exigen los ciudadanos para regenerar la política. “Hay que erradicar la costumbre de poner placas en cada inauguración porque las obras no las pagan los políticos”, apuntó. Puig también trasladó a cada alcalde la decisión de retirarlas o no. “Es una iniciativa de carácter municipal donde el partido no debe inmiscuirse, aunque reconozco que es alabable”, apuntó.
Las cuatro placas retiradas en el pequeño municipio de Benlloch (tres con el nombre de Carlos Fabra y una con el del exconsejero Rafael Blasco) se han quedado para acumular polvo en un altillo del almacén municipal. “Aquí se quedarán hasta que se rompan, se tiren o lo que sea”, decía ayer el alguacil que las retiró por orden del alcalde. Muchos de los vecinos se enteraron ayer de la medida por la prensa.
“No sabía que una tontería así iba a tener tanta repercusión”, afirmó ayer el regidor. Hay más preocupación, reconoció el alcalde, en saber qué pasará cuando lleguen los aviones al aeropuerto que impulsó Fabra, construido en parte de su término municipal.
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