Pugna por los nuevos Encants
Cada día una decena de compradores se interesa por lograr un puesto en el mercado, que evoluciona hacia el producto ‘vintage’
La Fira de Bellcaire, los Encants, lleva ya nueve meses en su nueva ubicación y a pesar de que el espacio es completamente nuevo y de que no se puede ni comparar con el antiguo solar, el mercado mantiene su esencia. Ni el techo, ni los nuevos lavabos, ni la firme estructura de los puestos han podido alterar la naturaleza del mercado más antiguo de la ciudad, principalmente porque los comerciantes son los mismos. Pero esto está empezando a cambiar.
La dirección del mercado recibe cada día entre 8 y 10 llamadas de interesados en comprar alguna licencia para instalarse en el recinto. “Nosotros les explicamos que hasta el próximo 25 de septiembre todavía no se pueden traspasar las licencias”, explica Agustí Herrero, director del mercado. “También les decimos que nosotros no hacemos de intermediarios, que si quieren comprar una tienen que ponerse de acuerdo con el titular” continua Herrero.
Todos los comerciantes del mercado recuerdan perfectamente que el compromiso firmado con el Ayuntamiento de Barcelona tenía dos condiciones innegociables: todos los paradistas están obligados a abrir también por las tardes y las licencias no pueden cambiar de manos hasta que haya pasado un año del traslado. Pero como bien saben los vendedores de uno de los mercados más viejos de Europa, si alguien quiere vender y otro quiere comprar, hay muchos números de cerrar la operación.
Es imposible determinar cuántos acuerdos se han firmado ya, porque la información no está centralizada, pero sí que se encuentran anuncios en Internet que ofrecen puestos de 25 metros cuadrados por 35.000 euros. En este caso, según explicó el vendedor, el comerciante que ofrece la licencia es “un hombre mayor que se quiere jubilar” y su objetivo es cerrar ahora el acuerdo pero ejecutarlo el 25 de septiembre, cuando ya sea legal. El precio es ligeramente superior al que tuvo que pagar en su día para el traslado. En otros casos, la argucia que han encontrado los interesados en cerrar el acuerdo es que el dueño de licencia acabe contratando al interesado en comprarla.
No se puede saber todavía qué productos comercializarán los nuevos dueños, pero ya se ha empezado a detectar una evolución desde el traslado: cada vez hay más producto vintage y menos baratijas. “No hemos querido que se perdiera el espíritu de los Encants, pero sí que se ve género de mayor calidad. Algunos productos más baratos, que antes tenían salida, ahora ya no tienen tanta”, explica Herrero.
El Ayuntamiento de Barcelona está a favor de que el mercado sea cada vez más vintage y confía en que esta transformación se convierte en un nuevo polo de atracción de turistas.
Elisenda Cuadra, propietaria de una joyería, está convencida de que si el mercado apuesta por los productos vintage y atrae a más turistas ella facturará más. Pero Cuadra, se pregunta: “En septiembre empezarán a venir operadores vintage, los precios serán más elevados y expulsarán a una parte de los que estamos aquí desde hace 30 años. ¿Está es la ciudad que queremos?”.
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