‘Encallados’, una película que llega luchando por ver la luz
El filme de Alfonso Zarauza se estrena buscando una distribución alternativa “puerta a puerta”
“Si hombre si, Zarauza es ese que dirigió La noche que dejó de llover, una película que no vio nadie”. Esta es una frase del guión de Encallados, la película producida por Zircozine que esta semana se estrenó en Santiago, y donde el director Alfonso Zarauza se ríe de si mismo. Pero al mismo tiempo contiene otro trasfondo crítico: la dificultad para que una película llegue a los espectadores en las salas de cine. Esta podría ser la otra historia no escrita de Encallados , una original película sobre la incapacidad de unos guionistas para afrontar un guión de encargo que debe rodarse en un tiempo record para no perder una subvención.
A priori, este guión escrito por Andrés Mahía, Xosé Castro y Carlos Ares no parece el mejor argumento del mundo, pero la gracia está en como el argumento guía al espectador por la película a medida que observa como se va construyendo. “Es una película con muchas limitaciones. Se rodó en blanco y negro, en 16 milímetros, con el condicionante de dos tomas por plano y metraje justo para repetir”, explica este director que ejerce de compostelano y retrata con mimo en todas sus películas los bares y las viejas calles de la ciudad donde nació. Por estos lugares discurren las peripecias de los protagonistas encarnados por los actores Xulio Abonjo, Federico Pérez, Ricardo de Barreiro y Farruco Castromán, con una historia que también toca de fondo la catástrofe del Prestige. “Sorprende lo poco que dio de si en la ficción una catástrofe de esta dimensión y que en once años solo hubiese un par de tv movies y poco más”, afirma Zarauza a propósito del Prestige.
Desde que se finalizó la película hace dos años, su recorrido de exhibición se había reducido escasamente a un par de festivales. Cuando parecía condenada a quedar en un cajón, el director busca ahora sacarla del ostracismo y darle visibilidad con el empuje de María Yáñez y de la productora Mr. Misto. “Para nosotros es un referente Ignacio Vilar, que pelea para llevar sus películas pueblo a pueblo y lograr que se vean las obras”, explica Zarauza sobre este método que “genera incertidumbre pero también permite una libertad total”.
Una de las personas claves en tratar de darle visibilidad a la película ha sido la periodista y activista cultural María Yáñez. “Pensamos que Encallados era una buena película para experimentar este tipo de distribución, un cine diferente y que podría verse favorecida por un público activo en las redes sociales”, explica Yáñez, siempre dispuesta a aventurarse en proyectos diferentes, sobre todo con el reto de “alejarse de los grandes circuitos de distribución que copan las salas comerciales”. La idea es ofrecer la película para su exhibición a auditorios, teatros, cines al aire libre o centros sociales y ofrecer varias fórmulas, con coloquio, con música o incluso puntualmente con apoio gastronómico y al mismo tiempo generar un evento que pueda ofertar a su propio merchandising.
Las fechas más inmediatas de proyección serán en Santiago, los días 12 y 13 de junio en el salón Teatro. Después estarán en A Coruña y están a punto de cerrar varias fechas en ciudades este verano para esta película que cobró un nuevo impulso al ser reconocida con tres premiso Mestre Mateo: mejor montaje, mejor fotografía y mejor película par televisión. A pesar de este premio, el director se muestra sorprendido de que la TVG no haya mostrado interés en comprar la película. “No se la razón, igual porque es en Blanco y negro o no les gusta la temática, pero lo normal es que después de ser reconocida, con una película rodada en un amplio porcentaje en gallego, nos llamasen para mostrar interés ”, afirma Zarauza contrariado. La película también podría servir para ilustrar la disparidad de criterios que existen entre la televisión pública y Agadic (Axencia Galega de Industrias Culturais),que si subvencionó la película. “ Aquí suceden estas cosas tan extrañas”, ironiza el director. “Encallados es una película que pretende ser una crítica de la industria pero también de un país”, reivindica Zarauza, recordando que también se mofó de si mismo en el guión diciendo que su anterior película no la había visto nadie. “ Si uno no sabe reírse de uno mismo y ser autocrítico difícilmente podrá serlo con los demás”, sentencia este cineasta honesto, pero siempre combativo en sus reflexiones, que también tiene pendiente el estreno en cines de Los Fenómenos”, su última película.
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