La L9 del metro llegará al aeropuerto de El Prat en el primer semestre de 2016
La Generalitat iniciará las pruebas en el tramo entre Zona Universitaria y el aeropuerto en otoño La banca adelanta 185 millones y salva al Gobierno catalán de la paralización de las obras
La llegada de la línea 9 del metro hasta el aeropuerto de El Prat no sufrirá nuevas dilaciones. El tramo entre Zona Universitaria y la Terminal 1 se pondrá en marcha en el primer semestre de 2016, afirmó ayer el consejero de Territorio, Santi Vila, después que el Gobierno catalán haya sorteado los obstáculos para lograr los 185 millones de euros que le faltaban para concluir la obra. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, que aprovechó las buenas nuevas para visitar la futura estación de Parc Logístic, aseguró que el Ejecutivo ha hecho “un esfuerzo gigantesco” para hacer posible la finalización de un tramo que acabará costando 2.862 millones de euros.
Las obras están muy avanzadas y apenas falta finalizar la construcción de la plataforma de vías, colocar la catenaria y los sistemas de información. El Ejecutivo prevé que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) empiece a probar la línea entre las paradas de la T-1 y Mas Blau el próximo otoño, en un proceso que se prolongará hasta 2016.
[TEX]Si logra mantener su promesa, el Gobierno catalán se quitará de encima una pesada losa que Vila llegó a calificar como su “peor problema”. Es la infraestructura más ambiciosa y más costosa en la que se ha embarcado la Generalitat y la línea 9 del metro se ha convertido también en un importante quebradero de cabeza para todos los Ejecutivos que la han sufrido: su presupuesto iba creciendo sin control —hasta los 6.829 millones presupuestados en 2008— a la par que los plazos de finalización de obras se superaban una y otra vez sin resultados.
De hecho, la línea 9 en su conjunto no tiene fecha de finalización. Cuando se pongan en servicio los 20,7 kilómetros del metro del aeropuerto —y teniendo en cuenta que ya funcionan otros 11 kilómetros de la L-9/L-10 en Santa Coloma de Gramenet, Badalona y Barcelona— quedarán pendientes todavía unos 20 kilómetros, la mayor parte del tramo central, cuyas obras están paralizadas y no tienen fecha para reemprender los trabajos.
Incluso para hacer realidad los calendarios previstos para que el metro pueda llegar a la Zona Franca, a Mercabarna, al recinto de L'Hospitalet de Llobregat de Fira de Barcelona y al aeropuerto, el Gobierno catalán ha sufrido lo suyo, a causa de sus estrecheces financieras. Al final, las concesionarias encargadas de construir y explotar la obra y la banca le han salvado.
Por un lado, las empresas han accedido a rebajar en torno a un 10% el canon que le pagaba la Generalitat con el objetivo de ahorrar unos 200 millones de euros durante todo el periodo de la concesión. A cambio se hará menos mantenimiento, según explicaron fuentes conocedoras de las negociaciones. Por su parte, la banca ha adelantado los 185 millones de euros para evitar la paralización de las obras. Primero fue La Caixa, que garantizó unos cien millones. Y ahora ultiman un acuerdo un grupo de bancos —Santander, BBVA, Bankia y Sabadell—, que avanzarán el resto de dinero necesario. La Generalitat amortizará ese préstamo en siste años.
A partir de otoño, TMB podrá iniciar las pruebas, lo que le permitirá trasladar los trenes que se adquirieron para la línea 9 y que, al no poder ser utilizados, están en la reserva o, adaptados, circulan por las líneas 2 y 4 de Barcelona. Adaptados porque además de ser la línea de metro más larga de Europa, como se presentó el proyecto, la L-9 es un servicio de trenes automáticos, sin conductor, como no existe otro en Barcelona.
Más allá de las complejidades técnicas, financieras y de obras, la línea resolverá el déficit de transporte público que acusa la Terminal 1 del aeropuerto de El Prat, inaugurado hace casi cinco años y al que ahora solo se puede llegar en transporte privado, taxi o autobús.
Una vez se estrene el servicio, cubrir la distancia entre Zona Universitaria y Terminal 1 —20 kilómetros y quince estaciones de las 18 inicialmente previstas— llevará unos treinta minutos. La Generalitat prevé que utilicen la línea unos 23 millones de viajeros al año, especialmente gracias a la conexión que el nuevo tramo tendrá con la línea 3 (en Zona Universitaria), L-5 (Collblanc), L-1 (Torrassa) y Ferrocarrils de la Generalitat (Can Tries-Gornal).
En todo caso, parece factible que el metro llegue finalmente antes que los trenes de Renfe a la mayor terminal de El Prat. El Ministerio de Fomento estudia la propuesta que efectuó la Generalitat para poner en marcha un sistema de lanzaderas desde la estación de Sants creadas a través de la colaboración público-privada.
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