Un juez imputa a Olivas por delito fiscal en una operación con Cotino
El expresidente de Bancaja y su esposa intermediaron en una venta de acciones de Sedesa
El expresidente de Bancaja y Banco de Valencia, José Luis Olivas, declaró el pasado miércoles en el juzgado de Instrucción número 14 de Valencia como imputado por cooperar en un presunto delito fiscal cometido a través de una empresa que comparte con su esposa. Según publicó el diario Las Provincias, en la causa también están imputados la mujer de Olivas y el empresario Vicente Cotino, presidente de Sedesa, a quien la fiscalía señala como presunto autor de un fraude contra Hacienda de 170.000 euros. Olivas era entonces consejero de Iberdrola.
Los hechos que investiga el juzgado se produjeron en 2008 cuando el expresidente de Bancaja intermedió por medio de su sociedad Imarol, SL, para que Cotino se deshiciera del 25% de los títulos que Sedesa tenía en Proyectos Eólicos Valencianos. En esta última sociedad también figuraban como socios Endesa, con un 55% del capital y Bancaja con otro 20%. Cotino habría acudido a Imarol, la sociedad de Olivas, para que le aconsejase sobre la venta de su participación.
La operación se puso sobre la mesa para que tanto Bancaja como Sedesa transfirieran sus respectivos paquetes accionariales a Ibedrola. Sin embargo, fue Endesa la que acumuló todos estos títulos en Proyectos Temáticos por su derecho de adquisición preferente por pertenecer en ese momento al accionariado. Bancaja obtuvo 30 millones de euros en plusvalías con esta operación.
Según confirmó el TSJ, la causa se abrió tras una querella presentada por la fiscalía, que apreció hechos que podían ser constitutivos de delito a raíz de una información trasladada por la Agencia Tributaria. Además de Olivas, también han declarado ya en el juzgado su esposa y el empresario Cotino, sobrino del presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino. Próximamente declarará el inspector de Hacienda que ha instruido el procedimiento.
La transacción causó un fraude a Hacienda de 170.000 euros
Olivas reconoció ante el magistrado la pasada semana que intermedió en la venta de acciones. Cotino pagó a Imarol, la sociedad que comparten Olivas y su esposa, 580.000 euros por la gestión. La firma expidió una factura que Cotino usó para desgravarse la cantidad presuntamente defraudada y Olivas para justificar el ingreso del dinero. El expresidente de Bancaja habría sido cooperador necesario en el fraude, que asciende a 170.000 euros, un importe que supera el cargo de infracción administrativa para ser considerado delito.
En un comunicado enviado a Efe, Olivas aseguró este lunes que en el momento de los hechos no tenía ninguna incompatibilidad para ejercer su profesión de abogado “puesto que no ocupaba ningún cargo ejecutivo en Bancaja ni en el Banco de Valencia”. Asimismo, afirmó que la venta de las acciones de Cotino se hizo a Endesa, compañía con la que no guardaba relación profesional.
Las empresas de la familia Cotino se han visto salpicadas en los últimos tiempos por diversos escándalos y presuntas irregularidades. Bankia entregó hace unos meses a la Fiscalía Anticorrupción y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores 15 créditos de dudosa legalidad concedidos por Bancaja, uno de ellos a la sociedad Share Capital, participada por Asedes Infraestructuras y Sedesa Real Estate, ambas empresas participadas por la familia Cotino. Share Capital recibió almenos 35 millones de euros para comprar activos inmobiliarios en Europa del Este. Según un informe de Supervisión del Banco de España de 2013, Cotino se incorporó a esta sociedad, en su origen creada a partes iguales con Bancaja Hábitat y el empresario Andrés Ballester, con una aportación de suelos y participaciones en sociedades húngaras y rumanas para las que no se solicitó ninguna valoración.
El acusado asegura que en ese momento no tenía incompatibilidad alguna
No fue la única irregularidad. Hubo cuantiosos créditos aprobados por el procedimiento de urgencia sin que se ralizara un análisis riguroso sobre las posibilidades de que fueran reembolsados. Y en muchos casos, se desconoce el destino de fondos anticipados.
El informe del Banco de España de 2010 ya analizó varias operaciones de la entidad financiera con el empresario Cotino, de las que detalló sus riesgos o pérdidas para Bancaja al comprar entidades con patrimonio cero, mal tasadas o con futuro incierto. Cisa, una firma instrumental de Bancaja, realizó varias operaciones con Sedesa en diciembre de 2008 plagadas de anomalías. Por ejemplo, compró a Sedesa por cinco millones 93 fincas en suelo no urbanizable de Llíria con una tasación aportada que no podía identificarse con el suelo de la compraventa. O adquisiciones como la de un hotel en Xirivella del que no se habían auditado las cuentas. O la de otros terrenos en Llíria que no se sustentaban con documentos.
Ese mismo informe subrayaba que en la operación de cesión en 2008 de Alternativas Energéticas, vinculada a Sedesa, a Bancaja por 15 millones de sus derechos de créditos frente a Endesa se estimó “un deterioro de cinco millones por la diferencia entre el importe contabilizado y el garantizado”.
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