Condenados por lesionar a su bebé y provocarle retraso mental
La Audiencia de Castellón impone a los padres cinco y cuatro años de cárcel El fiscal reclamaba 16 al contemplar, entre otros, un delito de tentativa de asesinato
La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a unos padres a penas de cárcel (cinco para él y cuatro para ella) por unas lesiones a su bebé que le han provocado secuelas como retraso mental y déficit cognitivo. El fiscal reclamaba para ellos penas de 16 años de prisión al atribuirles, entre otros, un presunto delito de tentativa de asesinato, que ha descartado la sala.
El fallo considera que el menor (un bebé que nació prematuro y que tenía entre tres y cinco meses cuando sufrió las lesiones) fue objeto de repetidos apretones, zarandeos y movimientos bruscos que se repitieron durante varios días por el padre, un joven de 23 años. El acusado, según la sentencia, propinaba estos apretones y zarandeos para que el bebé “reaccionara ante las convulsiones que le producían la toma de biberones”. La madre conocía los hechos y no hizo nada para impedirlo.
Los padres acabaron llevando a su hijo a urgencias, donde quedó ingresado con hematomas a nivel cerebral y otras lesiones oculares y costales. Estuvo siete días hospitalizado y tardó en curar 140 días más. El fallo considera que no se han determinado las secuelas definitivas pero que “las más probables” que presentará en la edad adulta son de carácter neurológico. De hecho, con tres años el niño tiene dependencia absoluta del cuidado por un adulto y es incapaz de desplazarse por sí solo e identificar y expresar necesidades básicas, entre otras secuelas. La sentencia habla de “retraso mental” y “déficit cognitivo”.
El ministerio público les acusaba de un delito de violencia doméstica habitual, tres delitos de violencia doméstica y un delito de tentativa de asesinato. Finalmente, el tribunal les ha condenado por un delito de lesiones agravadas en concurso ideal e impuesto cinco años de cárcel para el padre y cuatro años y dos meses para la madre.
La sala ha considerado que no existe tentativa de asesinato porque los zarandeos no se hacían con ánimo de acabar con su vida, sino que buscaban su reanimación y que no tenían la concepción de que esto pudiera provocar al bebé tales daños y secuelas.
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