Sonrisas y lágrimas
Decepciones y alegrías en los cuarteles generales de los partidos
Nada más cerrarse las urnas, el punto electoral caliente se desplazó a las sedes de los partidos. En el cuartel general del PP, en la calle Quart de Valencia, de los primeros en llegar fue la consejera de Educación, María José Català. El ambiente era frío, luego tibio pero sin demasiadas sonrisas.
Con 50 minutos de retraso sobre lo anunciado empezó el desfile de sonrisas heladas. El consejero de Sanidad, Manuel Llombart, muy serio. Alberto Fabra y Alfonso Rus sonreían. Serafín Castellano, no. El PP había perdido más votos de los que había obtenido, sin embargo, Fabra sacó pecho. Dijo que su partido era el más votado en las tres provincias y en la mayoría de municipios. Incluso que está por encima del PP nacional, mientras que el PSPV está un punto por debajo del PSOE. Nada dijo del descalabro. En cinco minutos, liquidado. Pese al éxito, no hubo copas ni música.
Desde primera hora, en la sede del PSPV-PSOE, en la calle Blanquerías de Valencia, no había nadie que no estuviera trabajando en el equipo electoral. La candidata, Inmaculada Rodríguez-Piñero llegó pasadas las 21.30 sobre su silla de ruedas. El secretario general, Ximo Puig, su equipo y la candidata se encerraron en la planta cuarta a analizar los resultados de las mesas que les estaban llegando por Whatsapp. Había preocupación por la dispersión del voto de izquierdas.
Sobre la medianoche, en la sede se había concentrado una veintena de personas. Ambiente de decepción. Los malos resultados de Valencia eran una pesada carga. Pasadas las 24.00 comparecieron Rodríguez Piñero y Puig, quien, tras felicitar al PP, aseguró que el cambio se consolida en la Comunidad Valenciana y será imparable. “La mayoría social ha abandonado el PP y el PSPV será el que pilotará el cambio escuchando desde la máxima humildad”. No hubo ambiente para más.
Compromís eludió su sede y optó por una sala de fiestas de Russafa, un barrio emergente, moderno y multicultural. Desde primera hora, Mònica Oltra, Jordi Sebastià y Enric Morera velaban armas. Calculaban 150.000 votos en la Comunidad Valenciana y necesitaban otros 90.000 del resto de España para el escaño.
Las dudas se disiparon pronto. No habían sonado las 23.00 cuando un grito de alegría corrió por la sala de fiesta Play. Compromís conseguía por primera vez en su historia un eurodiputado encabezando una lista con sus siglas. Jordi Sebastià. En cuanto se conoció el resultado, Enric Morera y Joan Ribó se abrazaron a Sebastià en un reservado, mientras decenas de militantes celebraban en el piso de abajo la noticia.
Los nervios por el inesperado incremento de Podemos, conforme llegaban los resultados de los apoderados de la coalición, se disiparon y dieron paso a una exultante emoción. “Que nos vamos a Bruselas a dar caña”, dijo Sebastiá a un auditorio entregado. “Nos lo merecemos. Hemos hecho una gran campaña. Hemos escuchado a la gente y ahora comienza el cambio”, añadió Sebastián. Ribó y Morera ya habían caldeado el ambiente previamente incidiendo en los buenos resultados de Compromís, en el trabajo realizado y en el derrumbe del PP en la ciudad de Valencia. “Nos lo hemos currado”, gritó Morera.
En la sede de Esquerra Unida, en la calle Borrull de Valencia, había inquietud por la impugnación de votos en muchas mesas de la Comunidad Valenciana por la diferencia de los sobres para meter las papeletas. Tanto el diputado nacional Sixto Marco como el autonómico Ignacio Blanco remarcaron que “la doctrina de la Junta Electoral es clara” y prevalece la voluntad del votante aunque los sobres repartidos por un partido sean levemente distintos a los oficiales. Habría entre 2.000 y 4.000 votos impugnados. La mayoría en el sur de la provincia de Alicante.
Luego llegó la alegría por haber multiplicado por cuatro sus votos y superar los resultados del partido en España. La coordinadora general, Marga Sanz, estaba eufórica porque la formación había consolidado la tercera fuerza en el espectro electoral valenciano frente a las amenazas que se cernían sobre ella. “Se ha demostrado que se puede conseguir el año que viene un gobierno de izquierdas porque el PP podría perder la Generalitat”, celebró.
Un centenar de ganadores de Podemos improvisaron una fiesta en un pub de la plaza del Cedro.
Con informaciones de Pilar Almenar, Juan Manuel Játiva, Ferran Bono y Pilar de la Fuente
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