“Estamos asustados. Una chispa puede provocar un incendio colosal”
El fiscal coordinador de incendios de Valencia advierte de que "Valencia es una gran tea" Sequía y abandono del campo plantean un verano extremo por riesgo de fuegos
“Ahora mismo la provincia de Valencia es una gran tea”, alertó este martes el fiscal José Antonio Nuño, “la hipótesis de que el fuego se lleve por delante un pueblo entero es muy posible”. Nuño, fiscal coordinador de incendios forestales de la Audiencia de Valencia, aseguraba que no quería ser catastrofista. Pero que las condiciones meteorológicas y el abandono en el aprovechamiento del campo plantean un verano en extremo peligroso. “El año pasado fue fantástico porque fue húmedo. Pero éste estamos asustados. Cualquier chispa puede provocar un incendio colosal”, declaró.
En menos de cinco meses la Fiscalía de Valencia ha abierto 108 diligencias penales por incendios forestales. En el mismo periodo del año pasado había abierto 50.
La Agencia Estatal de Meteorología constató hace unos días que Valencia y otras partes del este y el sur de España sufren desde septiembre la mayor sequía desde que hay registros, hace 150 años.
Lo que va de 2014 encadena, además, una sucesión de acciones imprudentes. De agricultores que queman restos agrícolas incumpliendo la normativa. Y de responsables municipales que, como en Cullera, lanzan espectáculos pirotécnicos sobre masas forestales a pesar de estar declarada la alerta máxima por incendios forestales.
La acumulación de negligencias ha llevado a la fiscal jefa de la Audiencia de Valencia, Teresa Gisbert, a dictar un decreto que ha remitido a los Ayuntamientos, a la Consejería de Gobernación y a la Diputación de Valencia recordando la normativa de prevención y solicitándoles que extremen las precauciones. Una comunicación que es al mismo tiempo una advertencia de que “la postura de la fiscalía es de absoluta beligerancia” con las negligencias graves.
La fiscalía avisa de que los incendios se castigan hasta con 10 años
El Código Penal, indicó Nuño, contempla penas de hasta 10 años por incendios por imprudencia grave. Tal castigo se reserva, sin embargo, para aquellos fuegos especialmente devastadores, así como para los casos en que hay víctimas. El tipo de siniestros, teme el fiscal, al que Valencia puede enfrentarse este verano. “Nos encontramos ante un riesgo cierto de episodios realmente peligrosos para las personas y grandes extensiones de nuestro medio ambiente”, afirmó.
El recuento ofrecido por Nuño no incluye el incendio que hace unas semanas amenazó el parque natural del Montgó, en el término de Dénia. Ni ningún otro de los registrados este año en las provincias de Alicante y Castellón. A pesar de que inicialmente se pensó crear una fiscalía que coordinase la persecución de los responsables de los fuegos que afectan a zonas forestales en toda la comunidad autónoma, su ámbito de actuación quedó reducido finalmente a la escala provincial, lo que según algunos expertos resta eficacia al trabajo de la acusación pública.
La mitad de los incendios forestales se producen por imprudencias en la quema de rastrojos, explicó Nuño. Como realizarlas a menos de 500 metros de una masa forestal. Pero esa precaución no es suficiente con condiciones climáticas adversas.
La experiencia ha enseñado al fiscal que una pavesa puede desplazarse hasta dos kilómetros llevada por el viento, sobrevolando un pantano de las dimensiones del de Benagéber, en el cauce del río Turia.
La Comunidad Valenciana tiene un decreto, aprobado por el Gobierno de Francisco Camps meses antes de dimitir, que reconoce un “carácter ritual” a los fuegos artificiales y demás espectáculos populares relacionados con la pólvora, y les concede una protección especial. El decreto no reduce, sin embargo, las exigencias de seguridad que deben observar los Ayuntamientos, según la interpretación de Nuño, que consideró que cualquier otra lectura contravendría leyes superiores de ámbito estatal.
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