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Una fosa en el burdel

La juez De Lara cree que una supuesta víctima del jefe de la 'trama Carioca' permaneció enterrada hasta los últimos meses en un alpendre al que el proxeneta no dejaba entrar

Estancia en una caseta aledaña al club Queen's donde la juez sospecha que se cortó el suelo y se excavó recientemente para retirar un cadáver.
Estancia en una caseta aledaña al club Queen's donde la juez sospecha que se cortó el suelo y se excavó recientemente para retirar un cadáver.PEDRO AGRELO

"Es que tiene la forma. Lo ves y ya te imaginas lo que pudo haber ahí. El agujero del Queen's es como una tumba, pero tamaño matrimonio, porque la persona a la que presuntamente se le encargó hace poco llevarse de ahí el cuerpo que suponemos estaba enterrado no sabría exactamente el punto y necesitó abrir más de la cuenta". Fuentes relacionadas con el 'caso Carioca' aseguran que el olfato de la juez Pilar de Lara señaló la gran excavación descubierta fortuitamente en el primer trimestre del año mucho antes que los canes entrenados en la búsqueda de cadáveres humanos. En aquel momento se habían hallado un par de agujeros más, pero ninguno recordaba tanto a esas fosas que se abren en los cementerios a la espera de un inminente sepelio.

A diferencia de las otras excavaciones, aparentemente realizadas con pico y mazo, aquí el cemento, una capa bastante gruesa, había sido cortada con una sierra radial. El hueco ocupa casi tanto como el suelo de aquella pequeña habitación en la que el proxeneta José Manuel García Adán, a partir del año 2007, según diversos testigos del caso, acostumbraba encerrarse prohibiendo el paso a todo el mundo. También hasta aquel año el suelo, aquí, fue simplemente de tierra. Los investigadores han recogido testimonios que revelan que Adán encargó obras en aquella caseta después de la misteriosa desaparición, sin dejar rastro, de una trabajadora del club conocida como Sara o como Ana. Estos son los dos nombres de guerra, otro no se le conocen, que usaba la mujer brasileña cuyo cadáver, según sospecha la juez, habría permanecido enterrado casi siete años bajo el piso de aquella estancia apartada conocida como el despacho de Adán. Desde 2009, Pilar de Lara trata de reconstruir la historia de esta joven cuyo último paradero conocido fue el prostíbulo en torno al que giraba la mafia investigada en la Operación Carioca.

Con gran esfuerzo, porque las exempleadas de Adán viven desde entonces atemorizadas, y aún más desde que el proxeneta fue puesto en libertad provisional, la magistrada ha conseguido cosechar declaraciones en las que se cuenta cómo presuntamente un día de 2007 el dueño del negocio descargó toda su fuerza bruta sobre el cuerpo de esta mujer. Desde su detención, Adán agotó el tiempo máximo de prisión provisional (cuatro años en total), pero podría volver a la cárcel nuevamente cuando la Audiencia dicte sentencia en el juicio por malos tratos y detención ilegal de la que fue su esposa. Ayer se esperaba este fallo, pero se ha retrasado hasta el día 22. La fiscal pide 31 años de cárcel para el proxeneta, que tiene puesta una pulsera localizadora por la orden de alejamiento respecto a 155 testigos que otro fiscal pidió para él cuando expiró el tiempo de prisión preventiva. El juicio por la denuncia que presentó su cónyuge durante los años más boyantes de su negocio de explotación sexual es solo el primero de los que le aguardan a la vuelta de la esquina a este arzuano de 44 años como consecuencia de la Carioca.

La habitación señalada por los perros en el inmueble ahora precintado es la tercera de las tres consecutivas en las que se divide una de las dos construcciones levantadas en la gran finca trasera del Queen's, un local de alterne próximo al polígono de O Ceao en Lugo. Otras estancias también aparecieron misteriosamente excavadas, pero las fosas abiertas son más pequeñas y en ellas se supone que pudo haber enterrado dinero, armas o droga, porque en el sumario no faltan declaraciones en las que se describe al proxeneta sepultando valiosas pertenencias en la finca. En los sucesivos saqueos que sufrió el Queen's, el refugio trasero de Adán perdió la cubierta. Cuando llegó la Guardia Civil, que pasó luego semanas custodiando el terreno hasta que el martes llegaron los especialistas de Madrid y A Coruña, la lluvia y el sol habían hecho crecer algo de vegetación en la tierra que quedó al aire, removida, tras la supuesta retirada de los restos humanos. Los perros del Instituto Armado, entrenados para marcar solo el rastro de cadáveres, olfatearon todo el Queen's y acabaron señalando con el hocico únicamente un punto en un lateral del supuesto enterramiento. Los agentes recogieron la tierra de ese lugar, y el material extraído en la cata se remitió al laboratorio de Criminalística de Madrid. En la imagen se ve claramente esa cuadrícula dentro de la gran fosa. Según personas que trabajaron esa jornada en el Queen's "no hay margen de error". Los perros amaestrados solo marcan la huella de cadáveres humanos, aunque lo único que quede sea tierra impregnada en fluidos propios de la descomposición. El reto, ahora, es lograr obtener ADN de las muestras que se van a analizar.

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