Cullera permitió fuegos artificiales en el monte pese a estar prohibidos
Una carcasa prendió en la montaña en un día de alto riesgo de incendio forestal
El Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat decretó para el sábado el nivel máximo de alerta por riesgo de incendios forestales para toda la Comunidad Valenciana, pero el Ayuntamiento de Cullera lo ignoró. Su alcalde, Ernesto Sanjuán, del PP, no solo hizo caso omiso del aviso de Emergencias, sino que se desentendió de la prohibición expresa de los bomberos de disparar un castillo de fuegos artificiales que en la noche del sábado originó un incendio que no pudo ser controlado hasta las dos de la madrugada.
Una carcasa del espectáculo pirotécnico de las fiestas patronales prendió pasadas las 23.00 en la ladera de un monte cubierto de matorral seco por un invierno sin lluvias. El fuego se adueñó del paraje en poco minutos y se extendió a tal velocidad que los fuegos artificiales aún continuaban cuando el monte ya era pasto de las llamas. El incendio obligó a desalojar algunas casas entre los nervios de los vecinos y para controlarlo, el Consorcio Provincial de Bomberos tuvo que enviar dotaciones de Cullera, Gandia, Silla, Catarroja, Alzira, Burjassot, Torrent y Sagunto.
El nivel tres de preemergencia por riesgo extremo de incendios implica “la prohibición de hacer fuego incluso en zonas habilitadas para ello”. La alerta, como es habitual, fue lanzada en la mañana del sábado por Emergencias que, además, notifica la situación a todos los ayuntamientos afectados. El Ayuntamiento, sin embargo, no suspendió el disparo montado en la zona del castillo de Cullera, lugar habitual de este acto de las fiestas patronales. Tampoco lo hizo cuando el Consorcio de Bomberos envió un fax el mismo sábado en el que recordó al Consistorio dirigido por Sanjuán que la Generalitat había decretado el nivel de “riesgo extremo de incendio forestal” (escrito en mayúsculas), por lo que de acuerdo con la normativa “quedan prohibidos los espectáculos pirotécnicos que vayan a celebrarse en terreno forestal o en la franja de 500 metros alrededor del mismo”.
Emergencias decretó para el sábado el nivel máximo de alerta
Por si aún no estaba claro, el fax de los bomberos añadía que la notificación se realizaba “en relación al castillo de fuegos artificiales de esta noche [por el sábado] en la montaña de Cullera, junto al castillo”.
Sanjuán, que también es diputado provincial de Turismo, no parecía este domingo preocupado por el suceso ni sus consecuencias. Localizado por la Cadena SER durante la mañana, alegó que no podía atender a la emisora porque estaba ocupado con el certamen de bandas de música de las fiestas del pueblo. A las llamadas de este periódico no contestó. El alcalde de Cullera ha sido juzgado recientemente por desoír las quejas de 400 vecinos que soportaron durante una década el exceso de ruido de los bares de su barrio sin que el Ayuntamiento actuara. La fiscalía solicitó para él dos años y tres meses de prisión y ocho de inhabilitación de cargo público.
Fuentes de la Generalitat apuntaron hacia la responsabilidad del alcalde en el incendio, pero el consejero de Gobernación, Serafín Castellano, del mismo partido, evitó señalar a nadie. El consejero anunció la apertura de un expediente sancionador porque “siempre que hay un incumplimiento de la ley se toman medidas”, pero insistió en esperar al resultado de la investigación. “No sabemos quién tendrá o no tendrá la responsabilidad”, afirmó Castellano.
La Consejería de Gobernación pasó así de puntillas sobre el suceso. Emitió dos comunicados en los que destacó que también ayer el nivel de riesgo decretado exigía prohibir “completamente hacer fuego”, incluso en paelleros, y añadió una serie de consejos para evitar incendios forestales. Ni una palabra sobre lo ocurrido en Cullera; tampoco en la cuenta de Emergencias en Twitter se dio cuenta del incendio.
Los bomberos advirtieron por fax que debía suspenderse el acto
Las sanciones previstas en estos casos oscilan entre los 6.000 y los 60.000 euros, a lo que se añade que el supuesto autor o institución responsable debe asumir la factura del coste de la extinción del fuego. La Guardia Civil, por su parte, abrió una investigación la misma noche del sábado y remitió las diligencias al juzgado de guardia de Sueca.
El espectáculo pirotécnico de Cullera tenía los permisos en regla. Fuentes de la Delegación del Gobierno explicaron que las peticiones de autorización para actos que implican el uso de pólvora deben comunicarse con entre 10 y 15 días de antelación. En este caso, además, era exigible una autorización gubernamental expresa porque en los fuegos iban a emplearse más de 50 kilos de pólvora. De hecho, fuentes del sector pirotécnico calculan que se usaron unos 300 kilos.
Cullera solicitó el permiso en el plazo fijado y recibió la autorización tras los informes pertinentes de seguridad. Pero la responsabilidad final de permitir el disparo pirotécnico el día señalado es del Ayuntamiento —o en su caso de la entidad organizadora—.
Gobernación abre expediente sancionador por el suceso
La empresa Ricardo Caballer (Ricasa) no quiso pronunciarse sobre el disparo que montó en Cullera en la subida de la montaña al santuario, desde donde a medianoche se baja la imagen de la patrona a la población durante las fiestas. El lugar autorizado para el montaje está junto al área forestal, y esta no es la primera ocasión en que el espectáculo pirotécnico causa un incendio.
Pero el puñado de voluntarios de Protección Civil apostados junto a la zona del disparo para sofocar pequeños conatos no pudo hacer nada el sábado por parar el fuego. Fuentes del sector pirotécnico explicaron que, iniciado el disparo, había que terminarlo para evitar que el fuego del incendio llegara a prender las carcasas y cohetes de forma incontrolada. En un comunicado previo a las fiestas, Ricasa anunció que el espectáculo duraría 14 minutos. “A los diez minutos ya estaba todo el monte en llamas”, aseguró este domingo el portavoz comarcal de Compromís, Carles Grancha.
La oposición pide que dimita Sanjuán y comparezca Castellano
Los partidos de la oposición no tardaron en exigir explicaciones. La presidenta del grupo socialista en las Cortes, Ana Barceló, aseguró que “cuando un responsable político se salta las advertencias de Emergencias sobre riesgo extremo de incendios forestales debe dimitir, porque ha puesto en peligro bienes y personas”. Para Barceló, este caso “pone en evidencia una irresponsabilidad tanto por parte del alcalde de Cullera como del propio consejero Castellano, quien debe dar explicaciones”.
El portavoz adjunto de Esquerra Unida del País Valencià en las Cortes, Lluís Torró, calificó de “intolerable” y de “gravísima irresponsabilidad” la actuación del Ayuntamiento de Cullera. Torró exigió “mano dura” a Castellano y que “se prohíba que este castillo se dispare de nuevo en la falda de la montaña”.
También pidió la comparecencia de Castellano en las Cortes el portavoz de Compromís en la Cámara, Enric Morera, quien reclamó que se asuman responsabilidades políticas “por la barbaridad” de lanzar el castillo en situación de riesgo máximo de incendios.
El portavoz de Compromís en Cullera, Pere Manuel, pidió directamente la dimisión de Sanjuán “porque fue él quien ordenó que se disparara el espectáculo”. Manuel calificó la conducta del alcalde “negligente e irresponsable”. “Se puede encontrar con una denuncia por un delito de imprudencia temeraria que al Ayuntamiento le puede costar una sanción de 300.000 euros”, aseguró.
Expedientes en Serra y Náquera
No es esta la primera ocasión en que un Ayuntamiento afronta un expediente sancionador por hacer caso omiso de las advertencias de Emergencias o por no respetar la distancia exigida con la masa forestal.
La Generalitat abrió expediente sancionador al Ayuntamiento de Serra por permitir en agosto de 2005 el disparo de fuegos artificiales a menos de 500 metros del bosque y dentro del parque natural de la Sierra Calderona. El entonces alcalde, Javier Arnal (PSPV), discutió los datos del Seprona de la Guardia Civil, que calculó que los petardos se encendieron a 180 metros de la masa forestal, y aseguró sin precisar que la distancia de la zona del disparo pirotécnico era superior a la que reclama la ley. Los vecinos y el alcalde defendieron la tradición cultural de las fiestas de Sant Roc, que incluyen el espectáculo pirotécnico junto a la ermita del mismo nombre. Arnal también subrayó que para el acto se desplegaron efectivos de los bomberos por precaución.
Aquellos fuegos artificiales no causaron ningún incendio, al contrario que en el caso de Náquera. La Generalitat, a través de la entonces Consejería de Territorio, abrió expediente al Ayuntamiento por el lanzamiento de fuegos artificiales a principios de octubre de 2006 en una jornada de máxima alerta de incendios. Los cohetes se encendieron a escasa distancia de una pinada de la Sierra Calderona. Ardieron dos hectáreas y media de arbolado, aunque en un primer momento no se vinculó el incendio a los petardos. Aún así, el concejal de fiestas, José Vicente Estellés, del PP, afirmó que había sido “consciente” de la prohibición de realizar el espectáculo por la alerta, pero alegó que “no hacía viento”. “Que nos van a poner una multa... Pues la pagaremos”, anunció. El Ayuntamiento, según Territorio, no había pedido los permisos correspondientes.
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