La Roca se llena de barceloneses en su primer domingo de apertura
La Confederación de Comercio cuestiona el papel de la Generalitat
Un turista taiwanés arrastraba una maleta aún con el envoltorio original. Unos metros por detrás, unos compatriotas cargaban con bolsas de Loewe y Burberry, entre otras marcas de lujo. Se dirigían al autocar que tres horas antes les había recogido en el hotel para dejarles a las puertas del macrooutlet La Roca Village. Era la última de las paradas en su viaje por España; de ahí, directos al aeropuerto para regresar a su país.
Esa es la clase de clientela que Value Retail, el operador del centro comercial de La Roca del Vallès, lleva reivindicando como propia para reclamar, junto al Ayuntamiento, que el municipio fuera declarado turístico para poder abrir los domingos. Tras cuatro años de espera y la intermediación de los tribunales, ayer fue posible. Sus tiendas abrieron en domingo y así será a no ser que el Tribunal Supremo falle lo contrario cuando responda al recurso de la Generalitat y de la Confederación del Comercio de Cataluña.
El caso de los 30 taiwaneses de ayer fue excepcional. El público extranjero fue muy minoritario frente al nacional, sin tantas bolsas bajo el brazo. Los autobuses que salen del centro de Barcelona llegaban y volvían vacíos. Pasadas las diez, bajaban de uno ocho personas y a las dos de la tarde tan solo tres. Julia esperaba antes de irse a comer dentro del taxi que conduce sin haber hecho ninguna carrera hasta Barcelona, cuando lo habitual en un día normal es hacer un mínimo de dos, siempre con turistas, el 60% de la clientela.
Que los clientes extranjeros estaban ayer en franca minoría lo testimoniaba también el aparcamiento principal, repleto a mediodía. No era la actividad de un sábado, pero La Roca Village arrancó su calendario dominical a buen ritmo, como si se tratara de un viernes, uno de los mejores días junto a los lunes y las insuperables jornadas sabatinas. La dependienta de un establecimiento opinaba que quizás no se habían cubierto las expectativas que tenía la dirección del centro: “Son muchas, parece”.
Fuentes de Value Retail se negaban a sacar conclusiones; sin embargo, avisaron que toca hacer publicidad para que sus prescriptores turísticos tengan la seguridad de que La Roca abre todos los días. La clientela, sobre todo familiar —el parque infantil estaba lleno—, hacía sus compras y se marchaban. Por su parte, la Confederación del Comercio de Cataluña, insinuó que el Gobierno catalán actuó para que el recinto pudiera abrir, pese a haber denunciado. El secretario general de la organización, Emiliano Maroto, expresó sus “dudas” sobre si el Govern obró sin intención al cometer un error —“un defecto de forma, se les pasó el plazo”— que permitió al TSJC considerar La Roca como municipio turístico como paso previo a autorizar la apertura comercial.
Con todo, no fue un día de compras masivas. Una pareja joven de Barcelona, que prefería no desvelar su nombre, se iba habiendo comprado apenas unas galletas, aunque lo que buscaban era unas zapatillas deportivas. Otro, Sergio Pastor, sí que había encontrado lo que buscaba. Sorprendido por la gente que había, celebraba que el centro comercial abra en domingo, sobre todo, “para quienes no pueden hacer compras otro día de la semana”. “Me parece bien que se abra si crea empleos: tanto si vienen turistas como gente de aquí”, decía Enrique Soriano. Muchas de las personas consultadas expresaron ese mismo objetivo.
La gran mayoría procedía de Barcelona. Como Marc Corominas, su pareja Susana Montero y su hijo. Llegaban con la intención de quedarse a comer si el niño no se cansaba. El buen tiempo ayudó para que al mediodía las terrazas estuvieran repletas. Pero más gente había todavía en las terrazas de los bares de La Roca del Vallès, a apenas diez minutos del complejo. Allí, sin embargo, ninguna tienda estaba abierta, salvo una frutería. “Aquí hay dos tiendas, cuando tenemos que comprar ropa vamos a Mataró o a Granollers, que serán los perjudicados por la apertura los domingos de La Roca Village”, decía Albino Castro, mientras su esposa hacía rozar los dedos gordo e índice en señal de que el centro comercial es caro, pese a ser un outlet. “En Armani no me van a ver; La Roca es más para turistas”, decía otro vecino, Francesc Valente.
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