Una celebración íntima del 25 d’Abril

Con la llegada de la autonomía, las Cortes Valencianas, presididas en esa época por el socialista Antonio García Miralles, acordaron que el 25 de abril, fecha en que se conmemora la pérdida de los fueros en la batalla de Almansa durante la guerra de Sucesión, sería el día institucional del Parlamento autonómico. La efemérides sirvió para aproximar a los ciudadanos con sus instituciones y con sus representantes. De un tiempo a esta parte, coincidiendo con las mayorías del PP, la jornada ha ido perdiendo protagonismo e interés entre la ciudadanía y, más grave, entre los políticos.

De hecho, los espacios que se han venido utilizando son cada vez más pequeños. Hasta el punto de que este viernes, por primera vez en 20 años, se abandonó la tradicional Andana de la vieja casona de los Borja en la plaza de San Lorenzo de Valencia, para ocupar el modesto Salón de los Espejos. Allí, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, al que acompañaba parte de su Gobierno; el expresidente Joan Lerma; los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios, con la excepción de EU, y el secretario general de los socialistas, Ximo Puig, fueron recibidos por el presidente de las Cortes, Juan Cotino.

En una tan austera como breve ceremonia se entregó la Alta Distinción Francesc de Vinatea a cinco personas que durante la preautonomía (1977-1982) prestaron sus servicios en la Cámara: Vicent Miquel i Diego, Manuel Vela, a título póstumo, Rafael Tamarit, Enrique Lucas y la que fuera primera letrada de las Cortes, Julia Sevilla. El 25 d’Abril fue tan íntimo como discreto.