“No soy un ejemplo de marido”, admite en el juicio el cabecilla de la Carioca
El fiscal pide 27 años de prisión para Adán, entre otros delitos, por detención ilegal La víctima confirmó haber recibido patadas durante el embarazo y amenazas de muerte
El cabecilla de la trama Carioca de explotación de mujeres en connivencia con agentes del orden, alegó no ser “un ejemplo de marido” durante el juicio por malos tratos que se celebra desde el lunes y hasta el jueves en la Audiencia de Lugo. José Manuel García Adán, que ha pasado ya cuatro años en prisión provisional por los hechos investigados en la Carioca y vive ahora en la Comunidad Valenciana cumpliendo una orden de alejamiento de 155 presuntas víctimas de sus actividades, la gran mayoría mujeres que trabajaban a sus órdenes, se enfrenta a una petición de condena de 27 años de prisión por parte del fiscal, que lo hace responsable de delitos de agresión sexual, malos tratos, detención ilegal y amenazas contra la que fue su mujer entre 2003 y 2008.
El proxeneta, descrito como un ser extremadamente violento por diferentes testigos de la Operación Carioca que dirigió la juez Pilar de Lara, negó uno por uno todos los hechos pero reconoció que existía una mala relación con su esposa, que vino a vivir a Lugo procedente de Colombia. La pareja tuvo una niña, que ahora ya ha cumplido los 10 años, y que el lunes tuvo que prestar declaración a puerta cerrada para describir ante el tribunal lo que recordaba de aquella convivencia conyugal. Según la acusación particular y la fiscalía, Adán empezó a maltratar a su mujer ya durante el embarazo y continuó haciéndolo hasta después de la separación, obligando a la madre a pasar dos años lejos de la pequeña bajo amenaza de muerte.
Adán se sentaba ayer en el banquillo de la Sección Segunda de la Audiencia para dar paso por la tarde y los dos días que restan a un desfile de 51 testigos, la gran mayoría presentados por su abogado, y entre los que se encuentran los personajes que acumulan más graves imputaciones en la Operación Carioca. El proxeneta reconoció disputas entre él y su esposa, pero no agresiones: “No soy un ejemplo de marido, discutíamos mucho pero de ahí a las palizas …”, dijo negando las imputaciones. Según él, la denuncia presentada solo responde a “los celos” de su excónyuge y a la adicción de esta al alcohol, que llegó a vivir episodios de “coma etílico”. Adán incluso atestiguó que le había ofrecido ayuda, a través de un psicólogo, para superar esta dependencia. Sin embargo, esta versión del acusado no encaja con el informe forense realizado por la Universidade de Santiago a la mujer ni con la versión que ella dio sumida en el llanto.
La exesposa de Adán no pudo reprimir las lágrimas cuando le tocó el turno, sobre todo cuando narró el encierro y las agresiones sexuales a las que habría sido sometida. “Le tenía muchísimo miedo”, aseguró tras un biombo para evitar la mirada de su supuesto agresor. “No sirves para nada”, “puta”, “zorra”, eran algunos de los muchos insultos con que la despachaba Adán que, según el relato de la mujer, la llegó a encerrar tres días en un cuarto del club Queen's bajo amenaza de muerte y sin suministrarle alimento. La exesposa describió varias vejaciones sexuales y la violencia física que sufrió dentro del club, rememoró las amenazas, incluso con armas de fuego, o las patadas que recibió durante la gestación. Una vez nacida la pequeña “la relación empeoró”, contó. Adán le espetó: “Ahora te la puedo quitar cuando me dé la gana”, y efectivamente, según fuentes del caso, la mantuvo alejada de la cría durante dos años. El abogado del encausado, Manuel Ortega, confirmaba a su entrada al juzgado que defenderá “la libre absolución” de Adán porque, según él, “todas las imputaciones son falsas”.
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