Un Gobierno, dos izquierdas

Ni las tensiones por el fraude de los ERE, ni los recortes salariales a los funcionarios, ni el continuo ajuste presupuestario en los servicios públicos, ni las iniciativas legales con discrepancias abismales... Nada, absolutamente nada, había causado una crisis tan profunda en el Gobierno de coalición PSOE-IU de Andalucía como un problema que, a primera vista, parece menor: la entrega de viviendas públicas a un grupo de personas desalojadas el pasado domingo de un edificio que había sido okupado en Sevilla en 2012.

Este asunto ha deshilachado un Gobierno que desde su constitución, hace dos años, ha repetido hasta la extenuación que Andalucía estaba demostrando que hay otra forma de hacer política, que hay alternativas a las medidas del PP. El episodio de la corrala La Utopía es la demostración más evidente de que dentro de la izquierda también hay visiones del mundo muy diferentes.

Para IU, la reubicación de los desalojados es una cuestión de crédito ante sus bases, recelosas siempre de los pactos con los socialistas. Desde el Gobierno autónomo, IU ha hecho activismo político a favor de todos los participantes en la ocupación de la corrala, a la que ha convertido en un símbolo de su gestión, junto a la ley antidesahucios que permite la expropiación temporal de viviendas vacías a los bancos. Su principal pecado ha sido aplicar tácticas de agitación en la calle desde los despachos del Gobierno.

Para el PSOE, la decisión de IU supone dar aliento a los okupas, una barrera infranqueable. En sus reuniones con los presidentes de las grandes empresas (Emilio Botín, Isidro Fainé, César Alierta...), Susana Díaz ha trasladado la idea de una Andalucía que quiere jugar un papel moderador en el debate político nacional y atractiva para las inversiones. Iniciativas como la de IU dan, según el PSOE, una imagen de una comunidad sin seguridad jurídica. El principal pecado de los socialistas es haberse puesto de perfil dos años con la okupación de la corrala.

Esto es en teoría. También puede ser que PSOE e IU estén preparando el terreno (queriéndolo o no) para un adelanto electoral, hipótesis que hoy por hoy no es remota.