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El matrimonio acusado de matar a un menor dice que sintieron pánico

“Me echó la mano al cuello y me defendí", declaró Agustín F., carpintero jubilado de 69 años Nadie ha sabido aclarar que hacía el joven aquella noche en casa de unos desconocidos

Foto: atlas | Vídeo: VIDEO: ATLAS

La noche del 10 de julio del 2011, Agustín Fernández y su esposa Carmen, un matrimonio de sexagenarios de Pontedeume, dormían en su casa cuando un ruido les despertó de madrugada. Vieron la sombra de una persona que corría a esconderse en una habitación. A oscuras, sin gafas y con una puerta de por medio, el hombre cuenta que braceó al aire con un gran cuchillo de cocina que le dio su mujer y que alcanzó varias veces al intruso. Este logró huir por la ventana de la cocina y murió desangrado en la acera a pocos metros de la vivienda con varias puñaladas en el cuerpo. Se llamaba Fernando S. y tenía 17 años. Era un joven atlético, estudioso y de buena familia. Nadie supo explicar nunca qué hacía en la vivienda con unos guantes de látex en las manos y varios juegos de llaves en los bolsillos mientras sus amigos seguían la noche de fiesta, ajenos a todo.

El matrimonio, acusado de homicidio, declaró en la segunda sesión del juicio que se celebra  en la Audiencia Provincial de A Coruña. Ambos repitieron lo mismo que ya habían declarado ante la Guardia Civil hace tres años: que sintieron pánico, temieron por su vida y trataron de defenderse sin saber que el intruso era poco más que un niño. “Me echó la mano al cuello y me defendí. Sentí un miedo terrible”, declaró Agustín F., carpintero jubilado de 69 años, en el testimonio que ofreció al jurado popular y que recogió Europa Press. Su mujer, Carmen F., de 67, pidió perdón por lo ocurrido y aseguró que nunca imaginó que la persona que salió por la ventana de su casa fuese un menor “herido de muerte”. “Una desgracia muy grande”, dijo.

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La Fiscalía entiende que no procede condenarlos porque actuaron en legítima defensa movidos por un miedo insuperable mientras que la acusación particular, que ejercen los padres y hermanas del menor fallecido, reclaman penas de hasta 20 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía. Consideran, además, que el matrimonio trató de ocultar pruebas al limpiar la sangre para encubrir su crimen. Ellos juran que no fue así y que estaban aturdidos y “muy nerviosos”. Nadie ha sabido, hasta ahora, aclarar qué hacía el joven aquella noche en casa de unos desconocidos. Centenares de vecinos de Pontedeume se concentraron el sábado a mediodía en la plaza del Ayuntamiento como muestra de apoyo a sus paisanos, juzgados por homicidio. Sus allegados los definen como dos buenas personas, trabajadores y muy queridos en la villa eumesa. Para la familia de la víctima, estas concentraciones son intentos de condicionar al jurado. Mañana declararán los testigos, el miércoles los peritos y la jornada del jueves se reserva para las conclusiones de un juicio que, previsiblemente, quedará esta semana visto para sentencia.

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