Diez años de miradas singulares
El Play-Doc celebra una década de documentales con obras de Congo, Filipinas, Nepal o México
Un evento cultural que llega a las diez ediciones es una gran noticia en los tiempos que corren. Pero más allá de la buena noticia de cumplir diez años, el Play-Doc, Festival Internacional de documentales que este miércoles comienza en Tui, siempre ha sabido elegir una cuidada selección de contenidos, afinar escogiendo los realizadores de miradas más innovadoras y singulares y contribuir a ensanchar la percepción del espectador. Con estas interesantes propuestas, año tras año han logrado fidelizar una audiencia ávida de nuevas emociones audiovisuales y consolidar estos conceptos a priori tan arriesgados. Un décimo aniversario siempre da para pensar en una celebración, pero Angel Sánchez, codirector del Play-Doc con Sara García, muestra un discurso contenido.“No somos mucho de celebrar. El noveno ya fue un éxito porque fue el éxito de existir y tal como están las cosas, existir ya es un celebración en si mismo”.
Como cada año desde que comenzó, Play-Doc trata de acercar y dar a conocer en forma de retrospectiva la obra de un creador internacional y este año los organizadores han alegido al mexicano Nicolás Pereda. Con solo 31 años, este realizador ha dirigido ya nueve filmes que tienen en común la exploración de terrenos entre la ficción y la realidad. Pereda tomará el relevo de interesantes creadores internacionales que han pasado por Tui para a dar conocer su obra a lo largo de estos diez años. En la sección Play-Doc 10 se repasarán produciones emblemáticas de la historia del festival, por donde han pasado directores como Lech Kowalski, Jay Rosenblatt o leyendas vivas del documental musical como los hermanos Albert and David Maysles.
En esta edición podrán verse en competición seis filmes internacionales en el Área Panorámica de Tui, sede del festival. El espectador podrá observar realidades de países que van de Nepal a Filipinas en esta sección. “Hay en común un matiz etnográfico más allá del estilo narrativo. Es una muestra de la identidad de los pueblos, que van desde el Congo a la Pampa argentina, pasando por Galicia”, explica Ángel Sánchez, que se ha pasado los últimos meses visionando con el equipo del festival “por encima de las 700 películas”. Aunque el criterio de calidad siempre es el que prima a la hora de elegir un film, a medida que se cierra la selección emergen interesantes coincidencias. “Hay un discurso que se puede interrelacionar. Está existiendo un paralelismo a nivel internacional con un cine que emerge en Galicia, con una fuerte influencia y un impacto directo del entorno y del paisaje”, analiza Sánchez. Uno de los ejemplos que podrían ilustrar el análisis del director del Play-Doc sería la película “Costa da Morte”, de Lois Patiño, ya reconocida internacionalmente, y donde el director vigués logra una mirada que da una nueva dimesión al paisaje abrupto de esta zona.
Patiño estará con su película en la competición oficial pero el Play-Doc también ofrecerá una sección de obras gallegas donde se podrá observar la variedad y energía creativa que que tiene este género, a través de autores como Alberto Gracia, Eloy Domínguez, Ramiro Ledo, Hugo Amoedo, David Hernández y José Ignacio Canosa.
El festival tendrá otras actividades paralelas como un laboratorio de apuntes fílmicos, con varios creadores que, coordinados por Marta Andreu, trabajarán sobre el concepto de “el cambio”. Son algunos de los realizadores gallegos que trabajan tratando de explorar nuevas miradas audiovisuales, como Angel Santos, Marcos Nine, Otto Roca o Eloy Enciso. Un singular seminario sobre crítica cinematográfica y un apartado dedicado al documental portugués, en un certamen que siempre ha oteado lo que pasa al otro lado del Miño, completan las actividades.
Como cada edición, tampoco faltará uno de los condimentos fundamentales del Play-Doc, como es el apartado musical. Este año, el sábado noche en la Sala Metropol, el público podrá asistir a un triple concierto con la representación portuguesa de Sequin, el ímpetu de los compostelanos Novedades Carmiña o la palabra afilada de Malandrómeda. “Estamos orgullosos de constatar que se pude apostar por una cultura alternativa y salir airosos. Trabajamos para que los márgenes pasen a ocupar el centro de interés, sin seguir las normas del mercado ni la inercia de la cultura generalista”, concluye Ángel Sánchez sobre esta década de laborioso trabajo.
Aunque las energías de los organizadores a veces anden justas, hay una constatación evidente del éxito de este evento: 7.000 personas en la última edición. Un público ávido de nuevas miradas cinematográficas, abierto a eventos culturales diferentes y dispuesto a disfrutar un año más de la completa programación que hasta el domingo trae a Tui el Play-Doc.
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