Arturo Fernández explota el comedor de la Cámara de Comercio que preside
Su empresa, el Grupo Cantoblanco, ofertó los menús más caros pero sumó 96 puntos de los 100 posibles El también dirigente de la patronal encabeza desde julio de 2010 el organismo
El grupo hostelero Arturo Cantoblanco, dirigido por el empresario Arturo Fernández, lleva años encargándose del servicio de comedor de la Cámara de Comercio de Madrid, pese a que el propio Fernández es desde julio de 2010 presidente de ese organismo.
El contrato, que se licita anualmente, está diseñado de una forma muy ventajosa para la empresa de Fernández, puesto que prima el tamaño y la experiencia en un sector en el que el grupo Arturo Cantoblanco es líder —gracias, entre otras cosas, a las concesiones administrativas—, muy por encima del precio de los menús o de otras “mejoras” relacionadas con su calidad y variedad.
Pese al aparente conflicto de intereses que supone que el presidente del organismo firme la adjudicación de un servicio a su propia empresa, el reglamento interno de la Cámara de Comercio valida administrativamente esa circunstancia, según denuncia Hilario Alfaro, presidente de la Confederación de Comercio de Madrid.
En febrero de 2007, el empresario Gerardo Díaz Ferrán —condenado recientemente a dos años de cárcel por fraude fiscal— es elegido presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Deja entonces sus cargos como presidente de la Confederación Empresarial Madrileña (CEIM) y de la Cámara de Comercio de Madrid. El primero queda en manos de Arturo Fernández; el segundo recae en Salvador Santos Campano, aunque realmente es el presidente de CEIM quien hace y deshace a su gusto también en la Cámara.
Apenas tres años después, en 2010, Fernández sustituye finalmente a Santos Campano al frente de la Cámara y unifica todo el poder empresarial en sus manos con el beneplácito de la CEOE.
Fernández se dice “buen amigo” de Santos Campano, “una persona entrañable” a la que nombra a continuación vicepresidente de CEIM, un cargo que mantiene en la actualidad. Además, Campano también sigue siendo vocal de la junta rectora de Ifema, entidad en la que la Cámara de Comercio tiene el 31% de acciones.
Es antes de la llegada de Fernández a la presidencia cuando la Cámara de Comercio modifica el procedimiento de licitación del contrato de comedor, convirtiéndolo, de hecho, en un concurso a medida de su empresa.
Se toman entonces en cuenta cuatro criterios de ponderación: el precio del menú da un máximo de 30 puntos al más competitivo; la experiencia y facturación otorga 40 puntos; los certificados oficiales, 20 puntos; y otras “mejoras propuestas”, 10 puntos.
En 2010, con Fernández ya de presidente, se presentaron tres empresas: Serunion, ISS Soluciones de Catering y el Grupo Cantoblanco. ISS ofrecía el menú a 5,50 euros; logró 30 puntos. Serunion, a seis euros; obtuvo 28 puntos. Cantoblanco, a 6,46 euros, mereció 26 puntos.
Por tamaño y experiencia, sin embargo, ISS sumó dos puntos; Serunion, nueve; Cantoblanco, 40. Algo similar ocurrió con los certificados: ISS logró 13 puntos; Serunion, otros 13; Cantoblanco, 20. En cuanto a las “mejoras”, ISS obtuvo nueve puntos; Serunion, cuatro; Cantoblanco, gracias entre otros parámetros a la “amplia variedad de oferta” o la “uniformidad de calidad”, consiguió 10.
La empresa de Fernández ganó así el concurso con 96 puntos sobre 100, frente a los 54 de sus rivales. Y lo siguió ganando en años posteriores, según confirma el propio empresario, que destaca sin embargo que se está pensando seguir compitiendo por esta adjudicación, y resalta además que nunca intentó, en cambio, ganar el concurso de catering que también licita la Cámara.
Así, el servicio de comedor es adjudicado en 2010 al grupo Arturo Cantoblanco con la aprobación y firma de Arturo Fernández. ¿Supuso una irregularidad? No, al menos técnicamente. Según adelantó eldiario.es, los 60 directivos de la Cámara elegidos directamente por los empresarios tienen un régimen de incompatibilidades que les impediría hacer algo parecido, pero no así los nueve que designa libremente la CEIM, entre lo que se cuenta el propio Fernández.
“Hacer negocio con la Cámara contraviene los usos y costumbres centenarios del organismo”, denuncia Alfaro. Este empresario trató de arrebatarle la semana pasada la presidencia de CEIM a Fernández, denunciando su falta de ética. Perdió las elecciones.
Siendo miembro del Consejo Ejecutivo del Ifema, Fernández también ganó el contrato para gestionar sus bares, restaurante y cafeterías. Tuvo que abandonar su explotación en diciembre de 2013 porque se le reclamó una deuda de 1,27 millones y el incumplimiento del concurso.
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