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Los fallos te arruinan

Xala-Zubieta ganan el segundo partido de semifinales sin problemas ante Urrutikoetxea-Beroiz

El País

Demasiados fallos no forzados acaban por deslavazar un partido que se presupone. En el Astelena ha ocurrido. Cuando Urrutikoetxea y Beroiz venían a Eibar con el sambenito de la pareja de la emoción después de amargar la despedida a Titín III en el campeonato de mano por parejas, una cascada de errores en momentos puntuales ha cavado su fosa. Xala y Zubieta mucho más enteros -más el delantero que el zaguero- apenas han necesitado otra táctica que el control de situación para amarrar el punto final con un explicativo 22-13.

El partido se ha diluido en apenas tres tantos. Habían apurado los jóvenes de Asegarce para forzar el único empate, en el 6-6. Se presumía entonces que empezaría la guerra de verdad. Hasta entonces, Xala y Zubieta se habían instalado cómodamente en la cancha, marcando la senda pero sin la autoridad suficiente. Vaya, que había partido se pensaba en la grada. Craso error.

Han bastado tres errores seguidos de Urrutikoetxea, principalmente con dos dejas inexplicables bajo la txapa, y Beroiz para que los de Aspe tomaran rumbo hacia ventajas holgadas que han pesado como una losa. Ya se sabe que en momentos de flaqueza, Urrutikoexea y Beroiz no ofrecen ninguna garantía salvo puntuales ocasiones como ocurrió hace ocho días en Arrigorriaga. En Eibar, volvieron a la mala costumbre de frenar en seco.

Como detalle explicativo, Xala y Zubieta doblaron en más de una ocasión a sus rivales, con 14-7 y 18-6. Todo un termómetro para despejar las posibles dudas. Además, los rezagados jamás dieron esperanzas a sus seguidores de que aún era posible revolucionar el partido. Apenas unos fogonazos para abrillantar el marcador y poco más.  Con el 19-13, Urrutikoetxea y Beroiz se han dejado ir hasta doblar la rodilla.

Queda el consuelo de que Xala, siempre en su sitio y con golpe certero, y Zubieta, con algunos errores de bulto, siguen siendo una pareja compenetrada que puede angustiar la tarde a quien se crea superior. Vienen de campeonatos donde han sonreído y en la liguilla de clasificación han evidenciado regularidad. Para Urrutikoetxea y Beroiz, los más débiles en unos pronósticos que este domingo no han mejorado, queda el consuelo de que seguirán disfrutando de unas semifinales en las que muy pocos pensaron que podrían colarse. Que se peleen los favoritos, pensarán.

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